¿Cómo criar los hijos?
El 8 de diciembre de 2022 mi hijo mayor contrajo matrimonio y como es debido me correspondió dar las palabras del brindis. Semanas antes en un almuerzo con mis hijos se planteó una pregunta que me inspiró a escribir esta columna: ¿Cómo criar los hijos?
Cuando nos casamos, algunos a temprana edad y otros en edades avanzadas, no tenemos experiencia alguna frente a la crianza de los hijos. Con el primogénito basamos la crianza en modelos y supuestos, en un continuo aprendizaje prueba-error; termina siendo nuestro hijo el conejillo de Indias y víctima de nuestros logros y fracasos. No es usual que una nueva pareja de esposos se esfuerce previo al matrimonio en leer literatura, que abunda, sobre la crianza de los hijos. Adicionalmente, muchos hijos son el resultado de relaciones casuales (¿Accidéntales?) sin ninguna programación y menos preparación.
Cómo encontrar la respuesta adecuada a la pregunta: ¿Cómo criar los hijos?.
Respuesta: D E P E N D E
Antes de intentar responder la pregunta debemos plantearnos y respondernos algunas otras preguntas:
¿Cómo nos visualizamos en 1- 5-10-20 años?
¿Qué producto queremos entregar a la sociedad?
¿Cuál es la finalidad de nuestra vida?
¿Cuál es el sentido de nuestra corta existencia en esta tierra?
Aunque parezca difícil de comprender, no existe un criterio homogéneo a esas preguntas. Tal vez algunas comunidades de gitanos ladrones les interese enseñar a sus niños desde temprana edad todas las destrezas necesarias para ser un buen ladrón. Muchas comunidades sueñan junto con sus hijos convertirse en narcotraficantes. En muchas regiones lo importante es el trabajo físico por encima de las habilidades académicas. Muchos consideran necesario enseñar a sus hijos ser “vivos”, “avispados”, “no dejarse de nadie”. Y estamos los que decimos creer en Dios y debemos, o por lo menos intentarlo, actuar en coherencia.
Soy médico pediatra de profesión; mi oficio me pone en interacción constante con la enfermedad y la muerte. Les aseguro que la muerte es lo mas ineludible que tenemos desde el primer minuto de vida. Estadísticamente existe la probabilidad de fallecer en cada actuar diario: levantarse de la cama, lavarse los dientes, ducharse, desayunar, cruzar la calle, conducir, subir escaleras, etc. Cada segundo nuestro organismo se expone agresiones que pueden ser letales: virus, bacterias, células cancerígenas, etc. Sumando todas las probabilidades acumuladas, lo menos probable es mantenerse con vida; es por eso que indiscutiblemente la vida es un milagro. Un milagro que solo Dios entrega con su infinita misericordia. Debemos agradecer a Dios cada segundo que respiramos y esforzarnos por construir la huella que dejaremos en esta tierra, o simplemente pasaremos sin pena ni gloria.
No somos dueños de nuestros hijos. No tenemos escritura pública de ellos. Dios nos los ha entregado como herencia para que de forma responsable seamos facilitadores de su futuro. Es nuestra obligación dar las herramientas necesarias para que un día salgan a conquistar las naciones. El salmista dijo que nuestros hijos serán “como flechas en las manos del guerrero”, jamás seremos avergonzados.
Formar un hogar, independiente de la edad que se tenga, es una decision que requiere grandeza y responsabilidad absoluta. Dios nos llama a invitarlo a El a la relación para que sea un fuerte lazo de tres hilos (Dios, Esposo, Esposa) que lo hace mas fuerte e inquebrantable. Una relación de la mano de Dios hará un matrimonio vencedor en el que se construye paso a paso, con amor, respeto, sinceridad y honestidad una vida y un futuro. El camino no siempre es fácil, hay subidas, bajadas y mesetas; en ocasiones bien pavimentado y en otras lleno de piedras y obstáculos. Lo importante es mantener esa unión de tres hilos, con la Fe y la esperanza siempre en alto. Disfrutando en Dios todo el camino con la certeza que la meta es buena.
Una casa debe tener como cimiento a Dios. Las columnas son la mujer, sostiene el peso y transfiere fuerza y estabilidad a toda la estructura. Columna de Fe, Amor, Compasión, Sumisión, Ayuda idónea, Domesticidad y Gracia. “La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba”. El techo está representado por el Hombre quien debe ser el proveedor, protector y cuidador. El poder de influencia en el hogar de la mujer es enorme, tal vez por eso Satanás ataco a Eva y no Adán. Una casa que pierde sus columnas se destruye.
La familia es la base de la sociedad. Los hijos serán el futuro de las naciones. Debemos retomar los valores y principios olvidados en éstos tiempos modernos. Un edificio construido con buenas bases, fuertes columnas y techos ordenados, soporta todas las tormentas. Debemos saber quienes somos y para donde vamos o nos perderemos en el camino. Normas simples como no robar, no matar, no mentir, honrar los padres y ancianos, respetar la esposa del prójimo, abstenerse de la avaricia y el adulterio, deben ser los pilares a enseñar a nuestros hijos durante la crianza; enseñanza que debe ser acompañada de ejemplo.
Si mil veces caemos, mil veces debemos levantarnos. Sin importar los errores del pasado debemos crear conciencia y rectificar. Nuestros hijos serán el futuro y somos nosotros los encargados de construirlo. Nos quejamos de quienes nos gobiernan hoy, pero no construimos los lideres y ciudadanos del mañana.