En los últimos años y cada vez con mayor frecuencia, vemos noticias de menores que asesinan a su hermanos, madres, padres, y familiares; sangrientas riñas en los colegios; menores que entran a instituciones educativas armados asesinando a todo aquel que se encuentre sin discriminación alguna; adolescentes que deciden lanzarse a un abismo, ahorcarse y pegarse un tiro en la cabeza. 

No en vano nos surge una gran preocupación que debe hacernos cuestionar: ¿Cuál es el motivo de esos comportamientos en los menores?

Durante años los estudios han comprobado y demostrado que el desarrollo de la personalidad y el comportamiento humano de la adultez es el resultado de múltiples factores genéticos, sociales, ambientales, culturales, económicos y familiares en la niñez. No cabe duda que la estructuración de la personalidad del ser humano obedece a múltiples factores en el que los espejos y modelos juegan un papel muy importante, pero también influye en gran proporción las actuales tecnologías de nuestros modernos y acelerados tiempos.

El cerebro es tal vez el órgano mas espectacular de la economía humana. Al igual que el director de una sinfónica, con señales y escasos movimientos es capaz de dirigir y controlar todo el cuerpo. La ciencia ha intentado escudriñar al máximo su funcionamiento quedando aún muchas incógnitas por resolver. El cerebro es el encargado de coordinar toda la voluntad en los movimientos conscientes e inconscientes, pero la inmensa mayoría de acciones suceden en la inconciencia.

Los pensamientos son lo mas íntimo y personal que genera cada individuo, y estos son los que condicionan la forma en que actuamos. Pensar lo hacemos todo el tiempo, todos los días de nuestra existencia humana. De forma constante tenemos ideas que se cruzan por nuestra mente. Varios estudios científicos han llegado a determinar que podemos tener alrededor de 60.000 pensamientos al día de los cuales el 94% son repetitivos, el 80% son negativos, y muchos se refieren a eventos del pasado.

Los pensamientos en su gran mayoría son el constructo de nuestras enseñanzas y vivencias. Está condicionado por el ambiente cultural que nos rodea o el lugar en que hemos crecido.

Los pensamientos repetitivos se vuelven una obsesión que terminan por definir el comportamiento del individuo; pudiendo ser de tipo normal, agresivo, obsesivo o depresivo. Con el pasar del tiempo se convierte en un trastorno que de no ser identificado y manejado a tiempoconllevan, entre otros, a la falta de auto estima y agresiones hacia si mismo o hacia el prójimo que pueden llegar a ser letales.

Si el comportamiento humano es la materialización de los pensamientos y las ideas, y ellas son el resultado de lo que vemos y escuchamos: ¿Qué están viendo y escuchando nuestros niños niñas y adolescentes?

Los padres tenemos la gran responsabilidad de formar la sociedad del futuro y no lo hemos aceptado con honor. El tiempo de calidad dedicado a nuestros hijos es cada vez menor y preferimos dejarlos a merced de una pantalla conectada a la web. Vemos padres y madres que ponen videos del celular a sus hijos todo el tiempo sin importarle el contenido que este vea con el único interés de mantenerlo “contento” y “feliz”. Niños, jóvenes y adolescentes pasan la mayor parte de su tiempo conectados viendo contenido que en el 95% no construye: Violencia, pornografía, sexo, etc, etc, hacen parte de lo “normal”.

La influencia tecnológica ha hecho creer que la felicidades obligatoria y constante; y no es verdad. Debemos entender qué hay un tiempo para todo y todos los tiempos deben disfrutarse; hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para reír y un tiempo para llorar. Debemos aprender afrontar todos los tiempos con madurez y responsabilidad.

Teresa de Jesús, también conocida como Santa Teresa de Jesús, dijo que “la cabeza es la loca de la casa” para referirse a la imaginación y los pensamientos, y no estaba equivocada. La ventaja que tenemos hoy en día es que conocemos el insumo inicial de la “loca”: Lo que vemos y oímos.

“El cerebro siempre esta trabajando, aunque estés sentado sin hacer nada, y puede ser engañado para actuar en nuestro beneficio”, ha asegurado el físico teórico Jyri Kuusela, que trabaja para la agencia espacial europea (ESA).

¿Conocemos nuestros hijos? ¿Qué insumo les hemos entregado o facilitado para que construyan su personalidad y comportamiento? ¿Qué están viendo nuestros hijos en las pantallas?

Existe una enorme diferencia entre ser padres; ser un buen padre; y ser un padre bueno:

- Un padre se limita a engendrar y procrear como cualquier animal sexuado.

- Un buen padre da consejos, un padre bueno da ejemplo. 

- Un buen padre da estudio, un padre bueno educa.