Preocupados se encuentran algunos ciudadanos que habitualmente asisten a la zona comercial de la carrera quinta por los recurrentes hechos de intolerancia a los que han sido víctimas por parte de los habitantes de la calle que viven de la mendicidad.

Entre los hechos más recientes una mujer expuso el caso que vivió cuando el pasado fin de semana asistió a una entidad de atención médica, y allí fue sorprendida por un sujeto que le solicitó dinero aparentemente bajo el motivo de comprar medicamentos para un familiar, la mujer quien se negó, denuncia haber sido víctima por parte de este hombre ya que ante la negativa reaccionó de manera agresiva. 

Según cuenta la mujer, el sujeto empezó a increparla con palabras de grueso calibre en frente de otros ciudadanos que no reaccionaron ni intentaron auxiliarla. La víctima de las agresiones verbales señaló también que mientras se encontraba en las instalaciones de una entidad médica intentó llamar la atención de algunos funcionarios pero ante los hechos el hombre siguió atacándola a tal punto de que se le acercó y le dijo "sapa, nos vemos afuera".

La mujer que sintió mucho miedo ante la amenaza de este hombre contó a la redacción de Eco Noticias, que tuvo que esperar varios minutos dentro de la oficina hasta que un hombre se ofreció a acompañarla hasta la avenida para que tomara transporte público y así prevenir que fuera víctima de otro ataque.

En lo que corresponde a la mendicidad cabe mencionar que el pasado 25 de noviembre fue aprobado en último debate en la Cámara de Representantes el proyecto de ley para el delito de trata de personas, aumentando las sanciones a quienes usen a menores de edad con fines de mendicidad, con el cual se crea una nueva circunstancia de agravación punitiva con penas de hasta treinta años y perdida de patria potestad.

El proyecto que fue presentado por el senador John Milton Rodríguez y está a un paso de convertirse en Ley de la República luego de superar cuatro debates, busca que quienes utilicen en mendicidad ajena a menores de 18 años mediante la ingesta de sustancias psicoactivas que inhiban su razón, juicio o voluntad tendrán una pena considerable de hasta de treinta años.