Según vecinos del sector esta zona lleva en ese estado casi un mes y han sido testigos de cómo en las noches los hurtos, las peleas y la venta y consumo de alucinógenos se han vuelto el pan de cada día. En lo que va corrido del mes al menos se han cometido tres atracos a mano armada. 

Lo paradójico de la situación es que exactamente sobre la zona donde se presentan los hechos se instaló una cámara de seguridad, pero esta presenta algunas problemáticas: primero, el ángulo de visión no alcanza a captar la zona dónde los presuntos vándalos se reúnen, segundo, no se conoce con exactitud quién tiene el acceso al monitoreo de la cámara y tercero, so se sabe si la cámara está en funcionamiento en estos momentos. 

Los denunciantes declararon también que la zona de bares ubicada sobre la avenida Ambalá es otro agravante, ya que los fines de semana en horas de la madrugada, los presuntos delincuentes aprovechan las multitudes que allí se forman luego del cierre de los establecimientos para hacer de las suyas.

La comunidad ha sido enfática en la necesidad de una pronta intervención por parte de la entidad encargada del mantenimiento y supervisión del servició de alumbrado público y un mayor acompañamiento de la Policía, lo que ayudaría a reducir los actos criminales en el sector.