Minutos antes de que comenzara el toque de queda extendido decretado por el alcalde Andrés Fabián Hurtado, la movilidad de Ibagué se convirtió en un verdadero caos. Diferentes puntos de la ciudad se paralizaron por completo a raíz del exceso de congestión vehicular.

El afán de regresar a sus viviendas ante el inminente comienzo de la restricción llevó a que muchos conductores irrespetaran semáforos y normas de tránsito, y terminaran ocasionando embotellamientos en vías principales y carreteras alteras de la capital del Tolima.

La glorieta de la 80, la calle 60, el centro de la ciudad y la vía que conduce desde el barrio El Salado hacia el sector de Santa Ana fueron algunos de los puntos más críticos en los cuales solo se pudo recuperar el tránsito habitual al menos una hora después de haber comenzado el confinamiento.

El inconformismo de la ciudadanía rápidamente se tomó las redes sociales bajo el argumento de la aparente carencia de agentes de tránsito que se encargaran de regular la movilidad y garantizar un correcto flujo vehicular al menos en las principales arterias viales.