En Ibagué, la preocupación por el manejo de residuos ha llevado a una destacada empresaria del sector gastronómico a tomar cartas en el asunto. Lo que comenzó como una inquietud sobre la separación ineficaz de residuos en su restaurante, se ha convertido en una campaña amplia para transformar la gestión de desechos orgánicos en la ciudad. Con el relleno sanitario La Miel al borde del colapso, esta iniciativa busca evitar una crisis sanitaria y proteger las fuentes hídricas vitales de la región.

Ana María Díaz, propietaria del restaurante Manda la Vida, descubrió que la separación de residuos en la fuente era inútil, ya que todo terminaba en el mismo vertedero. “Me di cuenta de que estaba haciendo la separación en la fuente, pero al final todo iba al mismo hueco”, relató. La mala recolección de residuos por parte de Interaseo durante meses agravó su preocupación, no solo por las plagas que proliferan, sino también por el impacto ambiental en las cercanías de La Miel, donde los lixiviados de los residuos podrían llegar a contaminar las fuentes hídricas.

La solución llegó en forma de una empresa local llamada GreenPost, que se especializa en recoger residuos orgánicos y transformarlos en abono orgánico en solo tres meses. “Encontré en GreenPost una alternativa real para evitar abrir más rellenos sanitarios innecesarios”, explicó Díaz. Con esta visión, convocó a otros restaurantes para que se sumarán a la iniciativa, logrando hasta ahora la participación de 25 establecimientos, entre ellos Manda la Vida, María y el Mar, Puerto Mojarra y La Parrilla de Marcos.

La campaña no se limita a los restaurantes. La propietaria ha extendido su convocatoria a centros comerciales, edificios y conjuntos residenciales, alcanzando ya a 70 participantes. “Es crucial que todos, desde los niños hasta los adultos, nos reeduqemos sobre la importancia de gestionar adecuadamente nuestros residuos”, enfatizó. El objetivo es crear una cultura de responsabilidad ambiental en Ibagué, donde la economía circular no sea solo una teoría, sino una práctica diaria.

Ana María aseguró, que de no tomar una pronta acción frente al inminente problema ambiental que estaría atravesando Ibagué en los próximo años, el futuro de la ciudad sería incierto. “No podemos quedarnos quietos mientras el ahorro de hoy nos lleva a un desastre mañana”, advirtió.

Esta iniciativa hace un llamado a la acción de la comunidad de Ibagué, para separar sus residuos desde la fuente y destinarlos adecuadamente, haciendo un esfuerzo por salvar el medio ambiente y asegurar un futuro saludable para todos.