Uno de los programas bandera que propuso Guillermo Jaramillo al inicio de su administración fue el de Agrópolis, una iniciativa que buscaba ampliar la frontera agrícola del municipio, pasando de 9 mil a 27 hectáreas y generar cerca de 1.500 empleos directos y 3.000 indirectos, además se esperaba implementar la agricultura limpia y pasar del 13% de tratamiento de aguas residuales al 95%, teniendo en cuenta la población del posconflicto.

Para este propósito se tiene proyectada la construcción de dos plantas de tratamiento de aguas residuales que tratarían 2 mil litros por segundo, esto en El País y El Escobal, con estas aguas se podrían regar cerca de 10 mil hectáreas, sin embargo se han generado serias dudas sobre la aceptación que tendría el proyecto entre los productores que de por sí ya están rehusando agua para sus cultivos sin tener que hacer una millonaria inversión como ha propuesto la Alcaldía.

No existe un cierre financiero y se desconoce con claridad cuáles serían las alternativas para desarrollarlo con éxito pues el aumento de la sobretasa ambiental se cayó y ahora Cortolima tampoco podrá recaudar lo que se tenía proyectado aportar.

El agua no se puede negociar entre privados y el Ibal

El secretario de Desarrollo Agropecuario del Tolima y exdirector de Cortolima, José Édgar Bonilla, se refirió al tema e indicó que es importante desarrollar proyectos en la Meseta de Ibagué pero para ello es fundamental el tratamiento de agua previo.

“El Ibal va a consumir más de 3 mil metros por segundo, teniendo en cuenta lo que viene del río Cocora, las necesidades de Ibagué las estimo para el 2025 en unos 2.300 litros por segundo, esto quiere decir que estamos en pérdidas superiores al 40%, además se están haciendo vertimientos directos a los ríos Combeima, Chípalo y Alvarado, los cuales son utilizados en la Meseta de Ibagué en el cultivo de arroz.

El secretario explicó que las aguas están asignadas a unos usuarios y solo del río Combeima son cerca de 80 usuarios los que tienen el permiso jurídico para aprovechar sus aguas, por lo que no pueden decir que la Meseta de Ibagué se va a beneficiar en 2 mil l/s más porque el agua es la misma y es difícil pensar que van a salir nuevos usuarios porque estas aguas ya están asignadas a ciertos predios.

“Hay unos canales como el de Asocombeima sobre los cuales hay escrituras, si alguien quisiera cultivar en la parte baja de Doima no puede conducir el agua por estos canales. Uno puede pensar que en lugar de sembrar una hectárea de arroz pueden sembrar 4 de hortalizas o 5 de frutales pero son inversiones bastante grandes que tendrían que adelantar los agricultores de la Meseta de Ibagué”.

Además recalcó que el Ibal no tiene la administración sobre las aguas residuales porque están asignadas a unos concesionarios, por lo cual no podría designar porcentajes de agua a ciertos terrenos dependiendo de sus inversiones.

Por tanto el proyecto de generar un alianza público-privada para llevar más agua que riegue las hectáreas del sector pues “el agua no es negociable, el agua se adjudica bajo unas reglamentaciones de uso de acuerdo con las necesidades que tienen los predios, las aguas ya están asignadas y aun cuando haya una PTAR el agua seguirá siendo la misma”.

José Édgar Bonilla indicó que la Ley establece que el saneamiento ambiental es un servicio público a cargo del Estado y éste tiene la obligación de proteger la diversidad e integridad del ambiente cumpliendo los parámetros establecidos, por tanto no puede haber una negociación entre privados y la empresa prestadora de servicios públicos.

El Escobal no tiene acuerdos para la construcción de una PTAR

José María Madrid, gerente de la Hacienda El Escobal, comentó que decir que la APP que se está proponiendo se traduce en “Agua Para Palau’ es una verdadera tontería.

“Personalmente creo que en la medida que Ibagué crezca, la disponibilidad de agua que tenemos los usuarios de Asocombeima irá disminuyendo el agua de riego porque el agua de consumo humano tiene prioridad. Ibagué está creciendo a una tasa muy alta pero la ciudad no dejará de hacer ‘pipi’ entonces el agua que tendrá la Meseta para riego será el agua residual que gracias a Dios se tiene donde utilizarla. Medellín tiene 3 plantas de aguas residuales pero el agua tratada va directamente al río Medellín porque no tienen una Meseta como Ibagué para utilizarla”.

El gerente de la Hacienda El Escobal comentó que el agua es la misma pero parte de las aguas residuales se están perdiendo e indicó que éste predio recibe aguas residuales producto del acuerdo entre Asocombeima y el municipio.

“El Escobal recibe 100 litros por segundo de aguas residuales sin tratar y nosotros los utilizamos para regar el arroz, nosotros sembramos alrededor de 1.300 hectáreas por año y 300 hectáreas de caña de las cuales producimos una panela de excelente calidad, son 1.600 hectáreas que nosotros regamos de un total y tenemos casi 300 hectáreas más de bosque”.

Según José María Madrid el área que ocuparía la PTAR es gigantesca porque se habla de aproximadamente 60 hectáreas de espejo de agua y esto es apenas una parte de área total, por lo cual podrían llegar a las 100 o 120 hectáreas.

“Hoy en día la tecnología de tratamiento de aguas residuales con base en lagunas de oxidación existen a pequeña escala, pero para una ciudad que dentro de muy poco tiempo tendrá 1 millón de personas es medio complicado. El Escobal tiene 45 hectáreas urbanas que ya están en un proyecto de urbanización con el grupo Colpatria, dentro de ese proyecto se considera la construcción de una planta de tratamiento especifica de aguas residuales de ese proyecto”.

Inversiones gigantescas que no se pueden hacer desde lo público

El gerente de la Hacienda El Escobal también comentó que Alejandro Palau es uno de los más de 30 accionistas pero no tiene conocimiento sobre las conversaciones que esté adelantando sobre el proyecto.

“Agrópolis es una iniciativa muy buena porque es una agricultura de avanzada tecnología, lo que pasa es que en mi opinión personal, es un proyecto como complicado y medio porque agricultura de alta tecnología bajo cubierta en las condiciones de la Meseta de Ibagué implicará 3 mil o 4 mil millones por hectárea y no sé qué inversionista estaría dispuesto a hacer esta inversión”.

José María Madrid explicó además que a El Escobal alguna vez fue el alcalde Guillermo Jaramillo con unas personas de China pero en ningún momento se dio una conversación formal y fue más una reunión social en la que trataron el tema de una planta de tratamiento.

“Fue la primera vez que conocí de la planta y dije lo mismo que no eran 60 hectáreas sino más de 100, El Escobal no ha tenido ningún acuerdo para la planta de tratamiento, personalmente diría que 100 hectáreas es demasiada tierra para cualquier predio. Lo que creo es que una planta de tratamiento de laguna de oxidación de ese tamaño para una ciudad que a corto plazo tendrá 1 millón de habitantes no es una buena idea”.  

El gerente explicó que esta posición está basada en la proyección de crecimiento de Ibagué, pues éste debe ser hacia la Meseta y no en los cerros por lo cual una laguna de oxidación podría ser un tropiezo para el crecimiento urbanístico en el mediano plazo.

Además apuntó que es complicado que a los agricultores les impongan qué deben producir pues nadie está dispuesto a cultivar lo que no podrá comercializar con facilidad.

Sobretasa ambiental, tasa retributiva y aporte de los privados

Sobre el tema José Édgar Bonilla comentó que el año pasado la tasa ambiental subió del 1.5 x 1.000 al 2.5 x 1.000 y ahora se doblará casi en un 100% en el impuesto predial lo que compensaría lo que se deja de captar por el 1 x 1.000 por tanto la autoridad ambiental tendría el dinero para el saneamiento.

“Por Ley la empresa de servicios públicos debe tener el tratamiento de aguas residuales y más cuando se traerá más agua, hoy en día se tienen cloacas pues al inicio de la parte alta del río Opia es prácticamente ver el río Bogotá, pensé que la traída de agua del Cocora iba a ir acompañada del tratamiento de aguas residuales”.

Otro de los factores que se deben entrar a analizar es la generación de empleo que plantea la Alcaldía que se daría con el desarrollo de Agrópolis.

El gerente de la Hacienda El Escobal explicó que en su experiencia como empresario de floricultor pudo observar que en promedio se requerían 15 trabajadores por hectárea pero las inversiones en estos terrenos son gigantescas.

“En cultivos hidropónicos no baja de 12 trabajadores, el consumo de mano de obra es muy intensivo. Si fuera rico y tuviera un montón de plata para invertir yo lo haría, pero es que habría que hacer una empresa de tamaño razonable para que no existan problemas de comercialización, lo que se está pensando con Agrópolis es muy razonable porque es responsabilidad del Estado mostrarle diferentes alternativas de producción a los empresarios”.

En este sentido José María Madrid aclaró que está de acuerdo con la PTAR porque es una obligación del Estado, pero no le parece que sea buena la alternativa de tratamiento en lagunas de oxidación pues existen otras opciones más eficientes como los biodigestores.

Especificó también que se requieren alternativas para buscar los fondos y construir la PTAR porque esta se requiere de forma prioritaria.

Sin embargo recalcó que antes de pensar en apostarle a una inversión para la planta de tratamiento se tendrían que analizar las contraprestaciones que como empresarios podrían entrar a tener. “Asocombeima nos deja 100 litros por segundo por los cuales pagamos mucha plata”.

El secretario de Desarrollo Rural aseguró que los privados pueden aportar recursos en pro del bienestar de la ciudad en una unión de esfuerzos entre el Ibal y usuarios, sin embargo hay que dejar claro que nadie tendrá más agua porque la entidad encargada de hacer las adjudicaciones es Cortolima y ésta lo hace de acuerdo a las necesidades de cada predio.

“No es que si van a poner plata van a recibir más agua, el tema del tratamiento de aguas residuales es urgente. El proyecto Agrópolis es una idea que se les debe vender a los agricultores porque como administración no se tiene gobernabilidad sobre las tierras de un privado y tampoco se puede mandar sobre las producciones agrícolas”.

El gerente de la Hacienda El Escobal comentó que a su juicio si para los agricultores es negocio participar con una empresa que va a tratar el agua y la va a vender se podría considerar aportar para la PTAR.

Cómo están las cosas lo único claro es que el proyecto no ha sido socializado correctamente con los agricultores y está a la deriva el modelo de financiamiento del proyecto porque no tiene un cierre y se desconoce cuáles son los costos reales que podría tener hacer realidad Agrópolis.