Johana Sánchez Rojas denunció a través de Ecos del Combeima las presuntas irregularidades de las que al parecer fue testigo cuando supuestamente laboró en la bodega de Mirolindo con uno de los operadores encargados de la distribución de los refrigerios estudiantiles:

"Hay programa mediante el cual se le entregan los alimentos a los estudiantes de las instituciones públicas en Ibagué; varias veces intenté comunicarme con la Secretaría de Educación porque en las bodegas de Mirolindo -en donde se reparten algunos mercados- no están haciendo las entregas como son".

Johana reveló que ese operador suministraba alimentos en estado de descomposición, y señaló que incluso los docentes estaban haciendo uso de un beneficio que al parecer es exclusivo para las menores; además, dijo que las porciones de carnes se completaban -en peso- con hortalizas:

"Las pechugas llegan dañadas, las frutas maltratadas. Además, pese a que los profesores tienen un sueldo también tocaba darles almuerzo. Las personas que nos contrataron para repartir los refrigerios no nos han pagado y sólos nos dicen que debemos esperar".

"Dicen que el operador que quedó a cargo del programa no estaba comprando la totalidad de lo que le correspondía repartir, por ejemplo, para rendir el gramaje de pechuga para los niños nos tocaba completar con zanahoria".