En el barrio Juan Pablo II, etapa 2, del municipio de El Espinal, la convivencia se ha visto gravemente afectada por el comportamiento conflictivo y reiterado de una mujer que reside en calidad de arrendataria. Según los vecinos, la residente ha protagonizado múltiples incidentes que incluyen el consumo de sustancias psicoactivas en espacios comunes, agresiones verbales y actitudes hostiles hacia otros habitantes del sector.

Una de las vecinas afectadas afirmó que han acudido a varias entidades en busca de una solución, sin obtener resultados concretos. Indicó que han presentado quejas ante el Centro de Convivencia, la Policía Nacional y la Fiscalía, pero los trámites administrativos han impedido que se tomen medidas efectivas.

La situación ha escalado al punto de generar un ambiente de constante tensión en la cuadra. Aunque la mujer no es propietaria del inmueble, la dueña del mismo no ha tomado acciones para rescindir el contrato de arrendamiento, a pesar de las reiteradas quejas de la comunidad.

La denunciante aseguró que no es la única afectada. Varios vecinos han manifestado su inconformidad ante el deterioro de la convivencia en el sector y temen que la falta de intervención institucional agrave aún más el problema.

Los residentes insisten en la urgencia de una intervención coordinada por parte de las autoridades locales. También denuncian una aparente falta de responsabilidad por parte de las entidades competentes, ya que, según afirman, cada oficina los remite a otra sin ofrecer una solución definitiva.

La comunidad hace un llamado a la Alcaldía de El Espinal, a la Secretaría de Gobierno y a las entidades correspondientes para que tomen medidas inmediatas que garanticen el derecho a una convivencia pacífica y segura en este sector residencial.