Transición energética traería mayor desempleo y pobreza señala estudio
En una alianza entre el Departamento Nacional de Planeación, DNP, la Agencia Francesa de Desarrollo, AFD, y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, fueron presentados los resultados de los efectos de una economía baja en carbono en el mercado laboral y el sistema de seguridad y protección de Colombia.
La investigación presenta los mecanismos de transmisión y posibles efectos de una política orientada hacia la transición de una economía dependiente de sectores extractivistas, por medio de una reducción en la producción de petróleo y carbón.
Según el estudio, que partió de la premisa de reducir a la mitad la producción de petróleo y carbón en el país para poder identificar los desafíos que se tendría en la administración pública entre el 2023 y el 2030.
Bajo ese escenario, el efecto en los departamentos petroleros es una disminución en la producción de crudo del 12,1% y una pérdida de 117 mil puestos de trabajo. Para los departamentos productores de carbón el impacto es de una reducción del 11,8% en la producción y una eliminación de 145 mil empleos. En el modelo se proyecta que la tasa de desempleo se mantendría en dos dígitos.
La simulación en este escenario también establece una estimación sobre el impacto en el crecimiento del Producto Interno Bruto, PIB si se redujera a la mitad la producción de petróleo y carbón en el país y en el que se estima que puede retroceder en un 3,5% si no se hace de manera gradual.
En cuanto a la pobreza, señala que, el efecto es que la pobreza moderada podría llegar a aumentar 3,26% y la pobreza extrema 1,40% puntos porcentuales para el primer año del análisis de este modelo.
Dentro de las recomendaciones se indica que el Gobierno debe buscar incentivos para incrementar la producción en el sector agrícola, agroindustria y turismo, a nivel departamental.
Por ejemplo, al aumentar la oferta de empleo en la agricultura, industria y turismo se estima que de los 117 mil empleos que se dejarían de tener en el sector petrolero, pueden generarse hasta 93 mil puestos de trabajo que compensaría y brindaría nuevas oportunidades a los trabajadores.
En el sector del carbón, de los 145 mil empleos que se perderían, podrían ser compensados con los hasta 120 mil puestos de trabajo que se generarían si se incentiva una mayor producción en estas tres ramas de la economía.