Plan Nacional de Desarrollo a los ojos de los expertos
El centro de estudios económicos, ANIF, señaló que normalmente los planes nacionales de desarrollo se elaboran en programas sectoriales. En cambio, el PND para el periodo 2022-2026 propone de manera disruptiva un enfoque intersectorial con programas estratégicos.
En esencia, el Plan cuenta con una intención correcta de buscar que desde el punto de vista presupuestal exista la flexibilidad necesaria y suficiente para redirigir recursos o reorientar políticas.
En la práctica, resulta inocuo realizar una clasificación presupuestal basada en temas intersectoriales, principalmente porque la ejecución del presupuesto seguirá funcionando bajo la constitución y las entidades ejecutoras continuarán siendo las mismas. Por tanto, la clasificación intersectorial del presupuesto, por sí sola, no consigue dar alcance a la idea planteada y requiere de discusiones mucho más profundas.
Lo destacable
El ‘Think Tank’ indica que la intención de acelerar y consolidar el catastro multipropósito es una muestra adecuada de lo que es una política de Estado. Su implementación busca lograr efectos positivos en el mercado de tierras, disminuir los conflictos asociados a la tenencia de tierra y fortalecer las finanzas territoriales.
El reconocimiento de la necesidad de una estabilidad macroeconómica en respeto de los lineamientos del Marco Fiscal de Mediano Plazo y las disposiciones de la regla fiscal es destacable. Hay un discurso claro en la importancia de reducir el déficit y la deuda, así como se menciona repetidamente la relevancia de mejorar la eficiencia del gasto.
Resulta también deseable que el sector privado pueda continuar jugando un rol protagónico en aquellos aspectos donde presenta ventajas comparativas. El gobierno denomina alianzas público-privadas a colaboraciones de ambos sectores en la planificación y ejecución de políticas y programas para aprovechar de mejor manera los recursos disponibles y conseguir mayor eficiencia.
El plan en su conjunto realiza un esfuerzo por generar políticas diferenciales y tener en consideración en todas las dimensiones la participación de las comunidades étnicas. En parte de la ciudadanía frente a la implementación de políticas y programas, así como podría mejorar la resolución de diversas problemáticas sociales. No obstante, el Gobierno Nacional debe contemplar que este es un proceso complejo que requiere de una estrategia clara y de una gestión eficaz.
En ANIF se ve con buenos ojos que se transite hacia una declaración universal de ingresos de manera gradual en el marco del Registro Social de Hogares. El país ha tenido grandes avances en la identificación y clasificación de hogares y contar con herramientas que faciliten aún más esta labor es siempre deseable, tanto en términos de fiscalización, como en capacidad de focalización y acceso a programas sociales. Aunque reconocemos que es un reto ambicioso.
Lo discutible
Las metas de crecimiento resultan bastante conservadoras (1.3% en 2023; 2.8% en 2024; 3.6% en 2025 y 2026) y no son del todo compatibles con las metas de reducción de pobreza (contracción de 3.8 puntos en la incidencia de pobreza monetaria), generación de empleo (se espera una tasa de desempleo de 8.8% en 2026) y disminución de la informalidad.
Sorprende el poco desarrollo de los instrumentos enfocados en apalancar el crecimiento en los próximos cuatro años, considerando además que todos los objetivos del plan dependen de un adecuado crecimiento económico.
El PND se queda corto en planes de infraestructura que son de enorme relevancia para el crecimiento del país. Sin bien hay un énfasis importante en las vías terciarias y transporte fluvial, que es rescatable, hay muy pocas menciones a la inversión en megaproyectos, clave para el desarrollo del país y de las regiones.
Las debilidades en infraestructura y las políticas arancelarias pueden ir en contravía de los objetivos de internacionalización e inserción en las cadenas globales y regionales de valor que requieren de importantes mejoras logísticas y reducción de barreras al comercio, en especial cuando la estrategia de internacionalización busca centrarse en América Latina y el Caribe y en los productos agrícolas e industriales.
Si bien se propone cooperación internacional, acuerdos comerciales y se menciona la atracción de Inversión Extranjera Directa con transferencia intensiva en tecnología, que van en la dirección correcta, no es clara su relación con otras ideas contenidas en el programa, ni las rutas para que esto ocurra.
El plan contempla una ejecución de corto plazo en la mayoría de sus programas y propuestas. Algunos elementos del plan se muestran inconexos y los programas no reflejan un propósito de convertirse en política de Estado, sino en programas puntuales en estos cuatro años.