Mentira, mentira
De mis abuelos escuché que lo más sagrado que hay en una relación sea cual fuere, es la confianza, entendida esta como la “esperanza firme que una persona tiene en que algo suceda, sea o funcione de una forma determinada, o en que otra persona actúe de acuerdo a lo pactado”. Para alimentar la confianza sostenían: “hay que andar con la verdad”
Lamentablemente esta es la que hoy no existe en quien lleva las riendas del país, el presidente Duque quien junto con el señor ministro Carrasquilla le están mintiendo al país, es decir, están faltando a la verdad. En campaña el señor Duque decía: “Menos Impuestos más salario mínimo”. Igualmente, con tal de ganar la voluntad de ingenuos, ridiculizo en un debate que vio toda Colombia gracias a la televisión a uno de sus contendores, cuando manifestó que él no estaba de acuerdo con una reforma tributaria de corte estructural contrario a lo que opinaba Fajardo en ese entonces.
Hoy junto a su ministro de Hacienda sostienen que el déficit que presenta las finanzas del Estado se debe a la pandemia y a los recursos que aplicaron a la atención de la población más necesitada en virtud a ésta. Es importante aclarar que estos no superan los 7 billones de pesos que fueron administrados entre otras cosas, por los amigos del poder.
A esta mentira le suman otra, al afirmar que lo que está presentando no es una Reforma Tributaria sino una “Agenda de transformación social y sostenible”. Y le suman otra, que de no aprobarse la tal llamada “Agenda” se tendría que acabar con los programas sociales que atienden a la población vulnerable.
Créanme que no entiendo como un gobernante puede tener la capacidad de engañar y de mentir. No es sano que se excuse en la pandemia y sostenga que el déficit fiscal, se debe a ésta. ¿acaso Colombia fue el único país que la está sufriendo? Les cuesta trabajo reconocer que el déficit fiscal se debe a la equivocada política económica, a las excepciones aprobadas en la última reforma a los grandes capitales, a la burocracia y al derroche en el gasto público que ha caracterizado a este gobierno.
Tiene que ser uno demasiado fresco, mis abuelos decían cínico para ser capaz de justificar con mentiras los errores que se cometen. Lo que llevaron al Congreso es una reforma tributaria así la hayan denominado “Agenda de transformación social y sostenible” cuyo objetivo es recoger más de 25 billones de pesos para tapar el hueco fiscal generado por los hechos ya referenciados, claro que la endulzan con el cuentico que “habrá devolución a los hogares pobres, según la propuesta entre 35.000 hasta 50.000”. Pregunto: ¿a la clase media y a los pensionados que les va a devolver? Que son los sacrificados en esta ocasión
Recursos que pretenden recoger a partir de gravar a los que menos tienen, como son los trabajadores, en este caso a la clase media y a los pensionados, mientras los grandes capitales siguen disfrutando las mieles del poder. Razón tiene la canciller alemana Angela Merkel cuando afirma: “uno de los problemas de América Latina es que los ricos no quieren pagar nada. Solo quieren vivir a costilla de los trabajadores”
En cabeza de quien cabe gravar en forma progresiva a quienes ganen 4.1 hasta llegar a los que ganen 2.5 millones al mes, gravar la canasta familiar, gravar las pensiones a partir de 7 millones, gravar a todo trabajador cuyos ingresos sean de 10 millones o más con un impuesto solidario, gravar los servicios públicos, es decir acabar con la clase media colombiana mientras los grandes capitales se enriquecen más.
Cuando una familia tiene crisis por la caída de sus ingresos, no queda más que apretar el cinturón. ¿Dónde está ese sacrificio por parte del Estado? ¿Porque no se reduce el Congreso? ¿Porque no se reduce la burocracia estatal? ¿Por qué no se reduce el gasto Público? ¿Por qué no se persigue la corrupción? ¿Por qué tiene que ser siempre la clase trabajadora y ahora los pensionados los que sostienen el derroche? Juzguen ustedes.