Aunque las interpretaciones cristianas del texto se empeñan en afirmar que la palabra “hermano” es usada para referir camaradería y de ninguna forma debe leerse literalmente, un sorprendente hallazgo arqueológico podría probar que Santiago fue efectivamente hermano de sangre de Jesucristo.

Se trata del “Osario de Santiago”, una caja de piedra caliza diseñada para contener huesos del siglo I d.C. donde se lee, en arameo antiguo, “Yaakov Bar Yosef Akui di Yesua”, es decir: “Santiago, hijo de José, hermano de Jesús”.

La pieza fue adquirida por el coleccionista israelí Oded Golan en 1970, pero no cobró relevancia hasta el año 2002, cuando un profesor de la Sorbona tradujo su curiosa inscripción. Si bien en 2003 las autoridades israelíes confiscaron el objeto, alegando que se trataba de una falsificación, nunca pudieron demostrar que así fuera, por lo que en el año 2013 tuvo que ser devuelto a su propietario. Golan, por su parte, está convencido de la autenticidad del Osario, y explica: “la mención de un hermano del fallecido en el osario era algo muy raro. Generalmente, los osarios eran grabados con el nombre de la persona fallecida y el de su padre, únicamente se mencionaba al hermano cuando se trataba de un personaje muy conocido en la comunidad”.

Si efectivamente estuviéramos ante los restos del hermano de Jesús, la pieza sería la primera prueba arqueológica de su existencia, y podría aportar datos clave para entender la vida del hombre que marcó a fuego la historia de la humanidad.