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Que la política y la religión no los divida

El credo y la vocación política no debería ser un motivo de molestia y cuestionamiento porque es una posición personal. Europa nos lleva años luz en este grado de madurez.
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28 Nov 2021 - 7:19 COT por Ecos del Combeima

En esta época donde empieza la tradición de la natividad y se traza el inicio de un año electoral que estará marcado por profundos debates, el país requiere de ciudadanos tolerantes y respetuosos de la diferencia, esto para no agitar la violencia física y verbal que tanto dolor provocó en el año 2020 que termina.

No es lógico que, con la intención de apelar al respeto por las libertades, se caiga en el terreno de la estigmatización ideológica hacia quienes hacen parte de una corriente política o religiosa distinta. Promover la libertad a través de la intolerancia con la diferencia no es válido. Colombia debe superar la barrera anticuada de ver con malos ojos a quienes son de derecha o izquierda, a quienes creen o no en la navidad, a quienes votarán por Petro o Uribe. Calificar de tibios a quienes van con Fajardo o Gaviria ya es un hecho intolerante y extremista.

El credo y la vocación política no debería ser un motivo de molestia y cuestionamiento porque es una posición personal. Europa nos lleva años luz en este grado de madurez. Lo irónico es que, quienes se autocalifican “openmind” terminan acudiendo a preguntas y comentarios “closed mind” como: ¿Por qué no crees en la navidad si no hay nada de malo? ¿Votarás por el tibio? o “si no votas por Petro no eres un buen colombiano”.

El 2020 estuvo marcado por la pérdida de jóvenes, líderes sociales, activistas y miembros de la fuerza pública que fallecieron en diferentes calles colombianas. Quizás a ninguna de nuestras familias nos ha tocado la tragedia de la muerte por temas ideológicos y, por ende, no es algo que nos preocupe. Sin embargo, la culminación de un año es un buen motivo para reflexionar sobre cuán incoherentes somos a la hora de promover la unión al mismo tiempo de la hostilidad.

Frecuentemente ignoramos que cuando la violencia se toma las calles, los bienes públicos y nuestras empresas, es porque en algún momento le dimos vida en nuestros pensamientos, en nuestras casas y oficinas de trabajo, lugares donde empieza todo.

Que en este fin de año suenen las copas, pero también se hagan votos por un 2022 menos violento e incoherente. Que se siembren semillas de una verdadera fraternidad.

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El país no puede seguir indiferente ante esta realidad. No hay reforma más importante que la que hace real el futuro a quienes están hoy atrapados en la desesperanza. Porque si no les damos oportunidades, lo único que quedará es frustración y resentimiento.

Después de toda borrachera, llega el guayabo, y no solo el terciario, sino el de las malas acciones.

Durante los meses de junio y julio, el departamento del Tolima se convierte en un epicentro de tradición, identidad y dinamismo económico gracias a la fuerza de sus festividades folclóricas.

Al revisar las cifras, encontramos que Tolima es el segundo mayor productor de algodón en el país. De las cerca de 7.500 hectáreas sembradas anualmente en Colombia, aproximadamente 2.500 se cultivan en nuestro departamento. A pesar de los avances en semillas y tecnologías agrícolas, la productividad aún es baja.

No está lejos, toca seguir avanzando, y en esa mejora continua, llegar al ¨Top 10¨ de los departamentos más productivos y competitivos.

Ibagué y el Tolima entero viven por estos días una época de fiesta: música, tradiciones folclóricas y gastronomía atrapan a visitantes y locales.

¿De qué sirve inaugurar una obra millonaria si no funciona? Esa es la pregunta que muchos ibaguereños nos hacemos ante el fallido estreno del acueducto alterno, una mega obra que prometía liberarnos de los constantes cortes de agua y la dependencia exclusiva del río Combeima.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.