¿Cómo saldremos de la crisis? Primera parte
En medio de la desazón que producen tanto los hechos como la manera en que se informa sobre los mismos por parte de los medios de comunicación hegemónicos contribuyen muy poco para el desarrollo del análisis pausado de la situación con el fin de entenderla y de contribuir al crecimiento de una actitud colectiva de debate racional y respetuoso que sirva tanto para presionar desde la ciudadanía el buen funcionamiento de la administración pública y como evitar el peligro de los totalitarismos populistas y la anarquía creciente.
Es por eso, que la comprensión de las escuelas económicas es vital en estos momentos, no para generar un motivo más de polarización en medio de la calamidad social y política, sino para comprender las soluciones a las problemáticas del país desde algo que nos afecta a todos: el bolsillo.
Por esa razón, es imperativo para quien les habla, que realizo un trabajo de divulgación de ideas en favor de la comunidad de Ibagué y el Tolima, público principal de este respetable medio de comunicación radial, tratar de que la economía no se vea como algo complicado, sino que sea un conocimiento fundamental para la comprensión de la realidad.
Desmitificar la economía es muy sencillo si se parte de la siguiente premisa: que no existe nada más social que lo económico, porque todos los aspectos fundamentales de la vida individual y de las dinámicas sociales -incluyendo las complejidades de la institución y fenómeno de la familia-, hasta las normas de convivencia enmarcadas en el respeto a la Ley y la ética como medidas de las relaciones humanas.
Y en economía, para resumir su ejercicio profesional como ciencia social y administrativa hay dos principales corrientes: 1) Aquellos que dicen que la economía debe tener al Estado como protagonista en cuanto a la entrada como protagonista de inversión y gasto, además de regular factores del mercado como precio, números de actores que pueden entrar dentro de la oferta de productos y servicios, así como de priorizar cadenas productivas.
Y 2) Hay otra forma de pensamiento que habla que la economía es un ejercicio libre, espontáneo entre las personas y que debe existir una gran libertad donde la oferta y la demanda de las personas sea quien construya y regule los precios.
Allí el Estado tendría un papel más reducido a la emisión de moneda, la administración pública básica y la justicia sin que interfiera de ninguna manera en las relaciones económicas sociales ni en ningún aspecto del fuero de la consciencia de los individuos, es decir una libertad individual y económica completas.
A los primeros se les llama estatistas y a los segundos liberales.
En este momento de conmoción y crisis social es necesario ir quitando poco a poco fuerza a la polarización y a los extremos absolutos de opinión. Las soluciones y consensos se componen de un justo medio entre las diferentes ideas en contienda.
Y retomando el tema de las escuelas económicas, desde la visión del Estado como protagonista de la reactivación económica en esta etapa de pospandemia, es clave la buena administración de los recursos públicos y los cambios en cuanto a las prioridades de las actividades y cadenas productivas que nutren la economía nacional, por lo tanto, las arcas del Tesoro Nacional.
El profesor de la Escuela Javeriana de Gobierno y Ética Pública César Ferrari durante la primer clase de la Cátedra del Centro de Altos Estudios Legislativos del Senado de la República sobre finanzas e instrumentos tributarios ha expresado varios e importantes puntos sobre la necesidad de priorizar el gasto público en lo social y en la generación de mega proyectos de infraestructura y nuevas cadenas productivas tecnológicas y agroindustriales que permitan la contratación de personal a gran escala bajo la fórmula keynesiana de reactivación económica que usó el gobierno de Roosvelt en Estados Unidos en los años treinta frente a la depresión económica en 1929 -y bajo la máxima radical de “contratar un frente de obra para abrir un hueco y otro para taparlo” que habría dicho el economista John Maynard Keynes.
Sin duda hay que hacer una verdadera investigación sensata de prioridades económicas en el país que permita aplicar una reforma tributaria que tenga como consecuencia, redistribuir gasto público sin tocar ni a la clase media, ni la clase baja ni los emprendimientos, pero sobre todo combatiendo la corrupción y la baja tributación -Colombia está muy por debajo de los estándares de la OCDE en nivel de ingreso por impuestos al Producto Interno Bruto-, ya sea por evasión o por simplemente no gravar de manera proporcional a mayor cantidad de personas y conceptos de ganancias.
Y aunque el profesor Ferrari no lo dice en su conferencia, habrá que preguntarse a donde van muchos de los recursos de la carga impositiva nacional y regional al emprendimiento que es alta, sobre todo para los que están iniciando -a pesar que la reforma tributaria de 2016 del ex ministro Cárdenas Santamaría eliminó muchos parafiscales a las empresas como los impuestos al SENA y al ICBF-, pero que muchas veces no se ven reflejados en el bienestar integral de las comunidades o de una manera muy tardía.
¿Qué falta en la sociedad colombiana y el Estado para eliminar la corrupción de la escala cultural y así construir riqueza?
Por último, para la reflexión de cada oyente podemos leer las siguientes frases: 1) “Evitar los impuestos es el único esfuerzo intelectual que tiene recompensa” y 2) “Cuando la acumulación de riqueza no tenga importancia para tener un alto nivel social, habrá un gran cambio en los códigos morales.”