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Lo bueno, lo malo y lo feo del paro nacional

No sé cuántas personas salieron a protestar ayer, pero fueron miles los comerciantes, transportadores, estudiantes y profesores, trabajadores de la salud, empresarios, representantes de gremios, campesinos e indígenas, etc. Por: José Adrián Monroy.
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29 Abr 2021 - 10:47 COT por Ecos del Combeima

Lo bueno:

No sé cuántas personas salieron a protestar ayer, pero fueron miles los comerciantes, transportadores, estudiantes y profesores, trabajadores de la salud, empresarios, representantes de gremios, campesinos e indígenas, etc., los que se manifestaron en contra del proyecto de reforma tributaria presentada por el Gobierno Nacional; dando una muestra clara del malestar y la inconformidad generalizada de la ciudadanía con la forma en la que nos están administrando.

Es que nos enfrentamos a una reforma inoportuna, que no se compadece con la condición actual de los colombianos en medio de la crisis producida por el coronavirus; que, por lo mismo, es una reforma insolidaria e indolente, toda vez que, al querer gravar con impuestos a los servicios públicos, las pensiones, productos esenciales de la canasta familiar y otra cantidad de barbaridades más, es una iniciativa desconectada con las necesidades de esta sociedad. Crear una sobretasa a la renta para el sector financiero o la venta de algunos de los activos de la Nación, podrían ser alternativas para no hacer lo que ya es costumbre, más impuestos para la gente.

Lo malo

Como siempre, salieron ciertos sectores políticos a “sacar pecho” y adjudicarse la gran convocatoria que tuvo el paro, como el Petrismo por ejemplo; cuando muchos, entre los que me incluyo, apoyaron el paro en contra de la reforma motivados por lo nefasta que es. Y eso no me hace Petrista ni miembro de la “Colombia Humana”, de hecho, estoy muy lejos de su ideología política. Alzar la voz en contra de lo que quieren hacer con nosotros es un deber ciudadano que no corresponde a un solo partido o líder político, es de todos.

Lo feo

El vandalismo. Es irritante el actuar de estos desadaptados que ven en las marchas la oportunidad para crear el caos rayando paredes, saqueando locales comerciales, enfrentándose a la policía y acabando con todo a su paso. A ellos, debe aplicársele con rigurosidad todo el peso de la justicia: individualizándolos, denunciándolos y llevándolos a la cárcel por ser generadores de violencia y destrucción. Esta clase de personajes, lo único que logran es dañar el ejercicio legítimo de protestar y desdibujan los motivos fundamentales del paro, que, para el caso, era movilizarse en contra de la mal llamada: “Ley Solidaria y Sostenible”, porque de eso no tiene nada.

Además, fue muy irresponsable la forma en la que algunos marcharon, pues no tuvieron en cuenta el distanciamiento social y mucho menos el uso adecuado del tapabocas, lo que eventualmente puede contribuir al aumento de contagios por Covid-19.

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El país no puede seguir indiferente ante esta realidad. No hay reforma más importante que la que hace real el futuro a quienes están hoy atrapados en la desesperanza. Porque si no les damos oportunidades, lo único que quedará es frustración y resentimiento.

Después de toda borrachera, llega el guayabo, y no solo el terciario, sino el de las malas acciones.

Durante los meses de junio y julio, el departamento del Tolima se convierte en un epicentro de tradición, identidad y dinamismo económico gracias a la fuerza de sus festividades folclóricas.

Al revisar las cifras, encontramos que Tolima es el segundo mayor productor de algodón en el país. De las cerca de 7.500 hectáreas sembradas anualmente en Colombia, aproximadamente 2.500 se cultivan en nuestro departamento. A pesar de los avances en semillas y tecnologías agrícolas, la productividad aún es baja.

No está lejos, toca seguir avanzando, y en esa mejora continua, llegar al ¨Top 10¨ de los departamentos más productivos y competitivos.

Ibagué y el Tolima entero viven por estos días una época de fiesta: música, tradiciones folclóricas y gastronomía atrapan a visitantes y locales.

¿De qué sirve inaugurar una obra millonaria si no funciona? Esa es la pregunta que muchos ibaguereños nos hacemos ante el fallido estreno del acueducto alterno, una mega obra que prometía liberarnos de los constantes cortes de agua y la dependencia exclusiva del río Combeima.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.