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Actitud de prevención ante la temporada de lluvias

No quiero con esto ser pesimista ni ave de mal agüero, pero en vista de lo que está sucediendo en el país, es justo, además de necesario, tomar las precauciones del caso. Por: José Adrián Monroy.
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19 Nov 2020 - 9:50 COT por Ecos del Combeima

El 2020 será un año para olvidar. Estamos viviendo los estragos de la pandemia y sus  consecuencias  en materia sanitaria y económica, lo que llevará un buen tiempo recu-perarse de sus efectos y del tan mencionado Covid -19. Ahora, nos encontramos en-frentando otra difícil  prueba, la inclemencia de una ola invernal que según el IDEAM - Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales-,  se puede extender por lo que resta del año. 

La costa norte colombiana está sufriendo. Cartagena ha tenido inundaciones  sin pre-cedentes, arrojando cientos de damnificados. El paso del huracán Iota por el archipié-lago de San Andrés y Providencia, de acuerdo con el Ideam, se ha convertido en el primer huracán de categoría 5 en impactar directamente al país. El ciclón dejó graves afectaciones en San Andrés, sin embargo,  el peor golpe se lo llevó la isla de Provi-dencia, donde dos personas murieron, seis quedaron heridas y una más está despa-recida, según datos oficiales de las autoridades, sin contar las viviendas de los 5 mil isleños que la habitan que quedaron prácticamente destruidas.  Cúcuta y el Chocó ya reportaron su primeras afectaciones con muertos abordo  y esto apenas comienza.

Lo anterior, debe servirnos para que desde ya el gobierno departamental, pensando en los 46 municipios del Tolima y la Alcaldía de Ibagué, pensando en los barrios donde tradicionalmente se presentan emergencias y en su sector rural, convoquen a los co-mités locales de gestión del riesgo para que se activen y estén alerta ante esta tempo-rada de lluvias, pues deben prepararse todas las instituciones - Defensa Civil, Bombe-ros, etc. - con el objetivo de enfrentar los desastres que seguramente llegarán.

Asumir una actitud de prevención y no esperar a que una catástrofe nos tome por sorpresa, facilitará todas las acciones tendientes a mitigar el impacto del invierno. Pro-veerse con frazadas, colchonetas, alimentos no perecederos, artículos de aseo, moni-torear constantemente las zonas de riesgo, más los kits de maquinaria en óptimas condiciones, permitirá ir un paso adelante para dar respuestas inmediatas y oportunas.

No quiero con esto ser pesimista ni ave de mal agüero, pero en vista de lo que está sucediendo   en el país, es justo, además de necesario, tomar las precauciones del caso. Así que hago un llamado respetuoso a todos los alcaldes del departamento, para que activen sus consejos municipales de gestión del riesgo, evalúen los eventuales peligros que tienen sus comunidades y actúen pensando en la prevención y en ma-drugarle a un episodio de lluvias que ojalá, no tenga grandes consecuencias.

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El país no puede seguir indiferente ante esta realidad. No hay reforma más importante que la que hace real el futuro a quienes están hoy atrapados en la desesperanza. Porque si no les damos oportunidades, lo único que quedará es frustración y resentimiento.

Después de toda borrachera, llega el guayabo, y no solo el terciario, sino el de las malas acciones.

Durante los meses de junio y julio, el departamento del Tolima se convierte en un epicentro de tradición, identidad y dinamismo económico gracias a la fuerza de sus festividades folclóricas.

Al revisar las cifras, encontramos que Tolima es el segundo mayor productor de algodón en el país. De las cerca de 7.500 hectáreas sembradas anualmente en Colombia, aproximadamente 2.500 se cultivan en nuestro departamento. A pesar de los avances en semillas y tecnologías agrícolas, la productividad aún es baja.

No está lejos, toca seguir avanzando, y en esa mejora continua, llegar al ¨Top 10¨ de los departamentos más productivos y competitivos.

Ibagué y el Tolima entero viven por estos días una época de fiesta: música, tradiciones folclóricas y gastronomía atrapan a visitantes y locales.

¿De qué sirve inaugurar una obra millonaria si no funciona? Esa es la pregunta que muchos ibaguereños nos hacemos ante el fallido estreno del acueducto alterno, una mega obra que prometía liberarnos de los constantes cortes de agua y la dependencia exclusiva del río Combeima.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.