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Los transportadores van para la quiebra y la administración no rectifica

Dentro de la nefasta herencia que le dejó Jaramillo a la actual administración, está el decreto que está a punto de quebrar al gremio del transporte público colectivo en Ibagué por una indebida interpretación de la norma nacional. Por: Ricardo Ferro.
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Ecos del Combeim
27 Oct 2020 - 9:30 COT por Ecos del Combeima

En el mes de agosto de este año, finalizaba mi columna sobre los 309 mil millones que logramos para el Sistema Estratégico de Transporte de Ibagué con un vaticinio. Expresé entonces de manera textual:

“Y para que esta obra no signifique para los actuales pequeños transportadores y empresarios, quienes han generado empleo durante décadas, su fin laboral y caída en la ruina, sino que sean tenidos en cuenta en el nuevo sistema. Hay que incluirlos en todas las instancias de participación para que no sean dejados atrás.”

Pues tristemente dicha advertencia se convirtió en una realidad. A mi conocimiento llegó que precisamente con la implementación del SEPT los empresarios que tantos años han servido a Ibagué están pasando las duras y las maduras en medio de una situación tan compleja como la de la pandemia.

Resulta que, en el decreto donde quedó plasmada la reglamentación del SEPT quedó una norma contraria a la ley actual que determina la conversión programada y gradual de los esquemas estratégicos de transporte a energías limpias. Esta norma, la ley 1964 de 2019, establece que para 2025, las ciudades que cuenten con Sistemas de Transporte Masivo deberán implementar políticas para que un 10% de la flota sea de energías limpias.

Hoy, los empresarios de transporte de Ibagué tienen hace un año detenidos y parqueados, sin matrícula y sin prestar servicio, pero igual cobrándose cuotas mensuales para pagarlas, aproximadamente 20 vehículos que son buses (y no microbuses) con tecnologías modernas y responsables con el medio ambiente, porque el decreto expresa erróneamente que: “a partir de la fecha no podrán ingresar al parque automotor de la ciudad nuevas unidades de microbuses, los actualmente en operación tendrán que ser repuestos por vehículos de tecnologías limpias (a gas o eléctricos) a más tardar al vencimiento de su vida útil por busetas de 40 o 50 pasajeros.”

No solo se está interpretando mal la norma que es a todas luces ilegal, sino que nadie les responde con una solución oportuna y adecuada frente a un claro error que comete el gobierno municipal.

Hoy, en los momentos en que la administración debe ponerse ser propositiva en aras de la reactivación económica, es urgente que se corrija este decreto. Una cosa es considerar normas adecuadas para proteger el medio ambiente y otra muy distinta es atentar contra la empresa privada y el empleo con regulaciones legales.

Vaya paradoja, la realidad en este momento es que mientras el parque automotor de la ciudad sigue volviéndose obsoleto, los buses nuevos con mejores tecnologías, están arrumados por una persecución infame de la administración anterior a un gremio que le ha dado la mano a la ciudad ante la falta de diligencia de la administraciones pasadas que llevan casi dos décadas tratando de implementar el sistema estratégico de transporte sin éxito.

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El país no puede seguir indiferente ante esta realidad. No hay reforma más importante que la que hace real el futuro a quienes están hoy atrapados en la desesperanza. Porque si no les damos oportunidades, lo único que quedará es frustración y resentimiento.

Después de toda borrachera, llega el guayabo, y no solo el terciario, sino el de las malas acciones.

Durante los meses de junio y julio, el departamento del Tolima se convierte en un epicentro de tradición, identidad y dinamismo económico gracias a la fuerza de sus festividades folclóricas.

Al revisar las cifras, encontramos que Tolima es el segundo mayor productor de algodón en el país. De las cerca de 7.500 hectáreas sembradas anualmente en Colombia, aproximadamente 2.500 se cultivan en nuestro departamento. A pesar de los avances en semillas y tecnologías agrícolas, la productividad aún es baja.

No está lejos, toca seguir avanzando, y en esa mejora continua, llegar al ¨Top 10¨ de los departamentos más productivos y competitivos.

Ibagué y el Tolima entero viven por estos días una época de fiesta: música, tradiciones folclóricas y gastronomía atrapan a visitantes y locales.

¿De qué sirve inaugurar una obra millonaria si no funciona? Esa es la pregunta que muchos ibaguereños nos hacemos ante el fallido estreno del acueducto alterno, una mega obra que prometía liberarnos de los constantes cortes de agua y la dependencia exclusiva del río Combeima.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.