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¡Algo huele mal! De un lado y de otro, no hay nadie en quien se pueda confiar

Los referentes de poder de izquierda y derecha construyen desde la demagogia discursos que sólo contribuyen a ampliar las brechas y dividir mucho más las posiciones de una opinión pública a la que lejos de formar, confunden todos los días.
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Presidencia
10 Abr 2019 - 11:16 COT por Ecos del Combeima

El escenario de la guerra es ahora el imaginario de los ciudadanos, donde se juega una partida de ajedrez en la que ambos bandos dibujan escenarios apocalípticos y pintan toda suerte de héroes y villanos en los que creer desde la obviedad.

Los recientes acontecimientos son prueba de ello.

Colombia como muchos países del continente y del mundo afronta problemáticas sociales, deudas históricas con las clases menos favorecidas y desigualdades que sin embargo no sobrepasan el estado de caos que se ha querido fabricar desde algunos sectores.

Claro que hay problemas serios por atender, pero tampoco son de un año atrás.

No podemos tragar entero y quedarnos tan solo con lo que se ve. Hay realidades fabricadas de las que terminamos siendo Idiotas útiles de tiempo completo.

Desde esa perspectiva y analizando la coyuntura actual, no es casualidad que en menos de un año el presidente Duque haya tenido que enfrentar duros desafíos para neutralizar movilizaciones sociales.

Y resulta aún más obvio cuando 24 horas después de su derrota, el entonces candidato de la oposición, hoy senador de la República, anunciara abiertamente el uso de las vías de hecho como mecanismo de presión, un instrumento estrictamente político para mantenerse vigente hasta las próximas elecciones.

Comenzamos con un radical movimiento estudiantil que a fuerza de presión llevó a La Ministra de Educación a la mesa con respuestas concretas a exigencias desbordadas desde las reales condiciones de las finanzas públicas.

Superado ese impase en el que también fue condición que el Jefe de Estado recibiera a los voceros de los estudiantes, llegó entonces la minga exigiendo derechos que aunque justos y reivindicadores desbordan la capacidad del Estado, el mismo que con rostro de Juan Manuel Santos un día les prometió lo inalcanzable, para quedar bien.

Si de un lado se vende la tesis que hay sectores de derecha interesados en criminalizar la protesta social, entonces también debe darse crédito a los indicios que ponen en evidencia un ataque sistemático para deslegitimar la capacidad del Gobierno.

Hay sin duda personajes con un marcado interés por hacer que el mundo arda, pero nuestro discernimiento responsable debe hacernos trasegar por caminos de sensatez antes que de emoción.

Valdría la pena preguntarse, por ejemplo, más allá del desarraigo y el destierro que han sufrido los pueblos ancestrales ¿quién ha financiado su permanencia en las carreteras durante más de 20 días?

¿Por qué se quiere acorralar al Gobierno imponiendo actitudes caprichosas como la del movimiento indígena del Cauca  que demanda la presencia del Presidente en el punto por ellos determinado como si esto garantizara ejecuciones más rápidas o resultados? ¿Qué o mejor quién seguirá ahora?

 

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El país no puede seguir indiferente ante esta realidad. No hay reforma más importante que la que hace real el futuro a quienes están hoy atrapados en la desesperanza. Porque si no les damos oportunidades, lo único que quedará es frustración y resentimiento.

Después de toda borrachera, llega el guayabo, y no solo el terciario, sino el de las malas acciones.

Durante los meses de junio y julio, el departamento del Tolima se convierte en un epicentro de tradición, identidad y dinamismo económico gracias a la fuerza de sus festividades folclóricas.

Al revisar las cifras, encontramos que Tolima es el segundo mayor productor de algodón en el país. De las cerca de 7.500 hectáreas sembradas anualmente en Colombia, aproximadamente 2.500 se cultivan en nuestro departamento. A pesar de los avances en semillas y tecnologías agrícolas, la productividad aún es baja.

No está lejos, toca seguir avanzando, y en esa mejora continua, llegar al ¨Top 10¨ de los departamentos más productivos y competitivos.

Ibagué y el Tolima entero viven por estos días una época de fiesta: música, tradiciones folclóricas y gastronomía atrapan a visitantes y locales.

¿De qué sirve inaugurar una obra millonaria si no funciona? Esa es la pregunta que muchos ibaguereños nos hacemos ante el fallido estreno del acueducto alterno, una mega obra que prometía liberarnos de los constantes cortes de agua y la dependencia exclusiva del río Combeima.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.