La plenaria del Senado inició la discusión de la consulta popular luego de que el presidente Gistavo Petro presentará las doce preguntas que hacen parte de este mecanismo democráctico, el pasado primero de mayo.

Sobre el tema, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, señaló que “el Congreso no puede ser un apéndice de otro poder…no debe ceder ante presiones externas, en especial las provenientes del Ejecutivo”. 

Cepeda se refirió al voto libre y reflexivo de los senadores y dijo que “ni el Ejecutivo ni el Legislativo pueden ejercer presión o coacción sobre el voto. Hoy no me atrevería a hablar de ningún guarismo. Veo que las opiniones están divididas y una consulta popular de tres meses va a polarizar aún más a nuestra nación. Eso vale casi un billón de pesos;mientras tanto, ¿qué pasa con los subsidios de vivienda popular, con la educación, con la salud?".

Cepeda expresó su preocupación por la complejidad y las posibles implicaciones de las preguntas planteadas, considerándolas “antitécnicas” y sin el respaldo necesario en términos fiscales. Criticó también los riesgos que podría conllevar para el empleo formal y la posible intensificación de la informalidad laboral en el país, temas que han sido objeto de debate tanto por gremios como por expertos.

A pesar de las críticas, Cepeda aseguró que los senadores cuentan con una comprensión clara del tema, dada la amplia discusión previa sobre la reforma laboral.

Con el Congreso enfrentando un plazo fijado hasta el 21 de mayo para aprobar la consulta, Cepeda reconoció la presión derivada del poco tiempo disponible para debatir la consulta y sus implicaciones. No obstante, defendió la capacidad del Congreso para tomar decisiones informadas y fundamentadas.

El líder del Legislativo también criticó la postura del presidente Gustavo Petro y su trato hacia el Congreso y el Poder Judicial. Según Cepeda, la actitud del Ejecutivo está afectando la democracia y polarizando aún más al país. “La democracia no se negocia”, aseguró, al tiempo que expresó su preocupación por el alto costo de la consulta popular, advirtiendo que dicho gasto podría afectar áreas clave como la vivienda, la educación y la salud.

Reconoció que existen posturas divididas sobre la consulta, con algunos sectores apoyando la iniciativa y otros cuestionando sus implicaciones. En este sentido, apeló a la unidad y al diálogo para evitar la polarización, sugiriendo que, en lugar de gastar grandes sumas en la consulta, el Congreso debería centrarse en discutir reformas laborales que favorezcan el consenso entre los diferentes actores sociales y políticos.

Midiendo fuerzas

Está claro que fuerzas alineadas al gobierno como el Pacto Histórico, Comunes y otros partidos de izquierda, votaran sí a la convocatoria a la consulta popular, lo que le asegura 20 votos.

Por su parte las bancadas de oposición, en este caso el Centro Democrático y Cambia Radical ya anunciaron la negativa por la consulta y totalizan, incluyendo a Temístocles Ortega, senador de Cambio Radical, cercano al presidente Petro, unos 22 votos.

Quedan por definir el destino que tomen los partidos, Liberal, Conserador de La U y otras fuerzas independientes, cuyos sufragios se encuentran repartidos entre gobiernistas y opositores por lo que se descarta votación de bancada.

En esta  aso se define por mayoría simple, de acuerdo al número de congresistas que se encuentren presentes y que conformen quórum decisorio.