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Armero: se cumplen 38 años de la tragedia natural que enlutó al mundo

El 13 de noviembre de 1985, el Nevado del Ruíz sepultó bajo el lodo volcánico a más de 25.000 personas en Armero – Tolima.
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PreventionWeb
13 Nov 2023 - 9:12 COT por Ecos del Combeima

Hoy se cumplen 38 años de la mayor tragedia natural del siglo XX en Colombia, luego de que hiciera erupción el volcán Nevado del Ruiz, derritiendo un 10% del casquete polar, lo que derivó en un lahar o avalancha de lodo volcánico que descendió por el Río Lagunilla llevándose a más de 25.000 vidas humanas e incalculables pérdidas económicas del segundo municipio más importante del Tolima de aquel entonces.

Durante el día del 13 de noviembre de 1985, Ana Deisy Meneses, reconocida gestora social y sobreviviente de la tragedia de Armero recuerda ruidos extraños, afirmando que sobre las “cuatro de la tarde cae una lluvia de ceniza, yo me encontraba en el centro con el doctor Jesús María Rodríguez. Habíamos solicitado maquinaría de la Gobernación, luego fuimos a rendir un informe sobre la maquinaría y charlamos sobre la situación del volcán”. 

Llegada la noche, y sin tener previsto de lo que iba acontecer, el municipio de Armero se arropó bajo un cielo nublado de ceniza que avisaba lo que estaba pasando en el cráter del Nevado del Ruíz.

Según informes de la época, el ´Cumanday´ hizo erupción a las 9:29 de la noche, y tan solo dos horas después, más de 350 millones de metros cúbicos de lodo, piedras, arboles, y lava arrasaron Armero, borrando del mapa más de 5000 viviendas entre Armero y Chinchiná.

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Portada del periódico El Espectador sobre Armero - Tolima.

Las vidas que no fueron

Para el amanecer del 14 de noviembre de 1985, los primeros rescatistas de organismos de socorro que sobrevolaron Armero daban cuenta de la magnitud del desastre.

El rostro inocente y la agonía de miles de armeritas se reflejaban en la tierna mirada de Omaira Sánchez, quien resultó atrapada en el fango luego de que estructuras de concreto atenazaran sus piernas. Finalmente, su vida pereció tras 60 horas en el que las cámaras de todos los noticieros del mundo daban cuenta del mayor desastre natural y la impotencia de no poder hacer nada por Omaira, quien aferró hasta su último aliento la esperanza de salir con vida.

Entre otras historias de las vidas que no fueron, Meneses quien duró 2 días atrapada en la casa de don Félix Silva, vecino de su familia, levantó una teja para ver el panorama de que había pasado en Armero, para su sorpresa, le aconteció uno de los tantos relatos de niños desaparecidos. “Una señora venía con dos niños levantados, vino la primera bombada y la fue consumiendo. Luego, viene otra bombada que le quita uno de sus niños y el otro se le suelta. Nunca supe que pasó con ella”, afirmó.

Y así como la historia que tuvo que ver Meneses, cientos de niños desaparecieron de los brazos de sus padres aquella noche y mañana del fatídico noviembre de 1985. Para hoy, 13 de noviembre del 2023, en el encuentro anual de memoria que realiza el Estado colombiano, se tiene contemplada la posibilidad de revisar los archivos del ICBF para establecer el paradero de muchos niños que sobrevivieron a la tragedia y fueron dados en adopción a familias extranjeras y otras tantas del país.

También dentro de los recuerdos que conmueven cada año al país, Jesús Elí Oviedo, considerado el ‘padre de las pesas’ y reconocido entrenador de los mejores pesistas de la época relató que no le gusta hablar sobre esa noche.
“Para nosotros fue el fin del mundo. Perdí a mi padre, a mi madre, tres hermanas, un hermano, sobrinos, tíos y todo lo que habíamos trabajado en 32 años de estar en Armero. Todo se acabó en un momento”, afirmó.

 

La deuda histórica con los armeritas

“La vida nuestra no terminó, para nosotros los sobrevivientes la vida nuestra se partió en dos. La vida nos puso a repensar y actuar en cómo seguir sobreviviendo con dignidad, calidad humana y con interés por salir adelante”, enfatizó Meneses, quien reside en Ibagué desde 1997.

Lo que fuera la ciudad blanca del Tolima, hoy es un camposanto declarado por el Papa Juan Pablo II en su visita oficial de 1986. Pero también es un campo olvidado, donde la maleza consume las últimas casas que quedaron en pie, ante gobiernos departamentales y nacionales que no honran a la altura de lo que fue Armero, sino por el contrario, la memoria histórica reposa en algunos pobladores que se encargan de contar la historia a cientos de turistas que llegan año a año para conocer la historia de Armero.

Y aunque cabe resaltar que en el 2018 fue inaugurado el parque temático Omaira Sánchez en Armero Guayabal con recursos del Gobierno Nacional del entonces presidente Juan Manuel Santos, en 2022 dejó de operar bajo la administración de Comfenalco, sin conocerse de manera oficial quien tomará este sitio de interés nacional, ya que, desde abril del 2023, la Alcaldía de Armero Guayabal buscaba operador para el parque sin tener respuesta alguna a la fecha.

“Abandonados por el Estado, porque el Estado tiene un pasivo social en Colombia y con los sobrevivientes de la tragedia de Armero”, dijo la gestora social, aludiendo a la poca gestión de los gobiernos para preservar la memoria y dignidad de aquel prospero poblado al norte del Tolima.

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Las responsabilidades políticas del Estado

Y aunque detener el rugido de un león dormido como lo fue el Nevado del Ruiz es imposible para cualquier gobierno, el 25 de septiembre de 1985 Hernando Arango Monedero, exalcalde de Manizales y exrepresentante de Caldas a la Cámara por el Partido Conservador, realizó un debate en el congreso sobre el inminente riesgo de una erupción del nevado. En respuesta a su oratoria, recibió críticas por su “apocalíptico y dramático” relato.

Iván Duque Escobar, ministro de Minas y padre del expresidente Iván Duque, no creyó en la tesis planteada por Arango Monedero y defendió las acciones que realizaba Ingeominas, que por ese entonces lideraba Alfonso López Reina. Ambos hicieron caso omiso a las recomendaciones de expertos, del congresista Monedero y del alcalde de Armero, que por ese entonces también se pronunciaba sobre una posible afectación.

Solo dos meses después la tragedia finalmente ocurrió y el 94% de la población armerita desapareció. 38 años después de desidia institucional, ningún político colombiano fue declarado culpable ante los oídos sordos de aquel Gobierno liderado por Belisario Betancourt, quien también le tocó encarar los hechos ocurridos en el Palacio de Justicia.

Para hoy se tienen contemplados varios eventos entorno a la conmemoración de la tragedia. Desde el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes se reunirán con los armeritas para tratar diversos como el reconocimiento de los predios perdidos en la avalancha, la revisión de archivos del ICBF sobre los niños desaparecidos y entregados irregularmente en adopción. 

Se espera que en el transcurso del día asistan diferentes delegaciones del Gobierno Nacional que incluye al ministro de Cultura, Juan David Correa, quien perdió a sus abuelos en esta tragedia. Así mismo, se espera la presencia del hoy ministro de Salud y Protección Social, Guillermo Alfonso Jaramillo, la representante a la Cámara, Martha Alfonso y representantes de la Unidad para las Víctimas y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

En miras con el aniversario 40 en el 2025, el ministro Correa ha manifestado la voluntad del alto Gobierno “para impulsar que se cumplan estos mandatos o por lo menos que se empiecen a cumplir y que podamos de alguna forma empezar a restituir tantas cicatrices que llevamos en el alma”, en referencia con la Ley de honores a Armero (Ley 1632 de 2013).