El paso a paso de la recuperación del humedal el Silencio en Mariquita
La iniciativa comenzó en el 2019 en un convenio entre la alcaldía de Mariquita y Cortolima, donde se había llegado a algunas actividades puntuales en las que Cortolima se comprometió a el aislamiento de la ronda hídrica del humedal y la limpieza del espejo del agua.
Por motivos de la pandemia la acción se suspendió, y mientras no se realizó la intervención al humedal la contaminación del mismo creció.
“Lo que se había previsto contratar que eran 3.5 hectáreas de limpieza de agua, que era lo que faltaba, pasó a convertirse en más de 7 hectáreas, lo que generó que se reorganizara un nuevo convenio en el que se buscaran más recursos, donde la gobernación aportó 40 millones de pesos”, explicó, Diva Garzón, Ingeniera Forestal, vinculada a Cortolima mediante la Subdirección de Desarrollo Ambiental Sotenible.
“Lo que estaba previsto para el alquiler de maquinaria, necesaria para la extracción de las malezas del humedal se destinó para la mano de obra y para hacer un segundo convenio con la Junta de acción comunal de la vereda el caucho, ya que en ese momento no se podía contratar con la vereda el Ranos debido a que no estaba legalmente constituida”, agregó la ingeniera.
En este proceso, se logró realizar aproximadamente 4.8 Kms. de aislamiento y la disposición de todo el material que se retiró a 400 mts. fuera de la laguna, logrando la recuperación de 7 hectáreas de espejo de agua.
Esta laguna, aparte de estar declarado como un activo ambiental dentro del plan de manejo del municipio, es un regulador hídrico de los ecosistemas, siendo uno de los más grandes dentro de un complejo de humedales.
“De esos planes de manejo de 23 humedales del departamento, este fue adoptado mediante resolución, por lo que Cortolima está en el deber de implementar las acciones que este plan de manejo estableció para su recuperación”, afirma la funcionaria.
“El humedal necesita continuar con el mantenimiento, cuando retiramos el material de la laguna logramos determinar que se puede recuperar aún más”, en donde se calcula según Garzón, que faltarían aproximadamente 3 hectáreas que se pueden recuperar de manera manual, ya que “de una forma mecánicanizada podría causar un daño al humedal”.
Finalmente, la ingeniera asegura que “esa invasión llegó por la intervención del hombre, la historia del humedal indica que allí se realizaba pesca con trasmallado lo que disminuyó la población de peces quienes eran las encargadas de controlar las especies invasoras, quedando este ecosistema sin un control biológico”.
“Otro factor, fue el ganado que llegaba a beber en la laguna, las heces del ganado se depositan y jalan las semillas del pasto, generando el problema de ese pasto flotante y el berro que trae directamente el ganado”, concluyó Garzón.
