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En memoria de Gerardo Antonio Alvarado Parra 

Un hombre ejemplar que se caracterizó por honrar siempre su palabra, dedicando tiempo para apoyar a los demás sin esperar nada a cambio, además de su permanente don de servicio. 
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Suministrada
5 Mayo 2021 - 17:37 COT por Ecos del Combeima

Gerardo Alvarado, nació en el departamento de Cundinamarca en el seno de una familia humilde y tradicional quienes presentaban en aquel entonces dificultades económicas, pero esto no fue impedimento para forjarse y salir adelante, es por ello que gracias a su dedicación y esfuerzo logró convertirse en un gran empresario, ganadero, y comerciante reconocido, quien hoy en día es recordado por su gran huella y gran legado en los departamentos del Meta, Tolima y Casanare; Gerardo Antonio siempre estuvo dispuesto para servir a la comunidad. 

Desde su niñez, Alvarado siempre mantuvo un carácter emprendedor que le permitió abrirse bajo su propio camino, ya que su gran visión y pasión por el comercio la conservó desde siempre; fue vendedor de madera, verduras y granos en el municipio de Planadas, tiempo después se trasladó a Herrera Tolima municipio que le brindó muchas oportunidades de crecimiento pero que lastimosamente se vio obligado a abandonar debido a un tema de inseguridad, fue en ese entonces que emprendió viaje a Bogotá.

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Gracias a sus capacidades en especial a su gran olfato y habilidad para los negocios logró en aquel entonces que un propietario de una estación de servicio le entregara a crédito la mitad de un viaje de gasolina y le indicó que se fuera a venderlo a Mesetas Meta, Gerardo, sin conocer tan siquiera la salida de Bogotá a Villavicencio emprendió un viaje que le cambiaría para siempre su vida, ya que sin duda este nuevo lugar le traería una nueva oportunidad, puesto que ese primer viaje de gasolina lo vendió en un tiempo récord, ya que solo fue suficiente medio día para la totalidad de la venta. Con una gran expectativa y sin pensarlo dos veces Alvarado invirtió de inmediato las ganancias comprando madera y maíz, productos con los cuales regresó a Bogotá. 

Con el pasar del tiempo, alguien le comentó acerca de un municipio llamado Puerto Concordia ubicado en la capital llanera, y que en ese entonces el comercio era prometedor ya que estaba en un crecimiento evidente y allí podría mejorar sus ganancias, fue en ese entonces que este hombre visionario toma la decisión de trasladarse de lleno a esta zona y al llegar efectivamente encontró mayores oportunidades, fue entonces cuando decide iniciar la actividad de venta de combustible a través de carrotanque, al poco tiempo y al tratarse de un negocio exitoso,  decide comprar un lote a la alcaldía, donde construyó su primer estación de servicio a la orilla del río Ariari, en esta estación vendía combustible a lanchas en un puerto y combustible a vehículos de la zona. 

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Luego de varios años de trabajo duro y de una dedicación absoluta al comercio, a inicios de la década de los 90 adquiere un predio en Villavicencio, con la fortuna que al frente de el terreno se encontraba en construcción la terminal de transportes, que para la época este sector era sumamente alejado del casco urbano de la ciudad, razón por la cual no transitaban muchos vehículos, y como si se tratara de un don la intuición junto a su visión de poder proyectar a futuro su nuevo negocio logró convertirse durante seis años la persona que más vendía combustible en el país, ya que dicha avenida inhóspita y desolada se convirtió en un gran eje vial y comercial de la ciudad, desde allí también logró surtir varios municipios de los llanos orientales, por ese tiempo se dio cuenta que de la mano del combustible podría tener negocios alternos razón por la cual se dedicó paralelamente a la distribución de llantas, lubricantes y todo lo relacionado con el sector automotriz. 

Posteriormente le apostó a nuevas estaciones de servicio, a su vez ingresó al competido mercado de combustible en Bogotá e Ibagué, municipio donde residía la mayor parte de su familia, también incursionó en Neiva y con el auge del gas natural vehicular logró consolidar su empresa familiar MOVILGAS LIMITADA que llegando a comercializar cerca de tres (3) millones de metros cúbicos mensuales, cantidad que puede ser el equivalente al consumo de una ciudad intermedia como Ibagué, cabe recordar que siempre alterno todos sus negocios con su gran pasión, la ganadería y el campo.

Quienes tuvieron la oportunidad de conocer y compartir con Gerardo Alvarado pueden dar fe que siempre prefirió la vida rural contrario al ajetreo urbano, su tiempo libre siempre fue aprovechado junto a su familia en sus fincas en el Casanare donde su semblante siempre reflejó felicidad. 

Con el paso del tiempo en el año 2014 pasó a convertirse como el mejor distribuidor de combustible en Colombia, nombramiento que le fue otorgado por la compañía multinacional EXXONMOBIL que gracias a su reconocimiento en el comercio y por estar siempre a la vanguardia en el servicio al cliente.

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El éxito de sus negocios cada vez se reflejaba, tanto así que logró generar más de 400 empleos directos a familias en los departamentos del Meta, Tolima y Casanare, cabe mencionar que el entonces empresario siempre se preocupó por las mujeres, especialmente por las madres cabeza de familia por lo que en sus estaciones de servicio siempre las priorizó.

Gerardo Antonio Alvarado también es recordado como un padre estricto y de carácter fuerte, cualidades que permitieron contribuir a sus hijos a forjarse como personas responsables, serias y trabajadoras, siempre bajo un mismo pensamiento destacando que la familia es lo más valioso. Este gran hombre lleno de virtudes también se caracterizó por ser una persona que siempre honró su palabra, dedicando tiempo para apoyar a los demás sin esperar nada a cambio, también contribuyó con las personas más necesitadas que se encontraba en el camino, esto permitió que sintiera empatía por quienes pedían su ayuda. 

“Hoy hemos perdido un ser muy valioso, una gran persona, llena de valores, trabajador, dedicado y perseverante que siempre nos entregó todo su amor, pero debe quedarnos el consuelo que ya descansa en paz en la gloria del Señor y que algún día podremos encontrarnos con él porque todos llegaremos al culmino de nuestras vidas. Adiós buen amigo, buen viaje, nos veremos cuando sea el momento de que nosotros también estemos en la eternidad”, Gerardo Alvarado, hijo. 

Finalmente, este reconocido hombre, también fue un gran hijo, esposo, padre, hermano y amigo, con una gran humildad de ser, quien a pesar de convertirse en uno de los más grandes empresarios de la región, siempre estuvo dispuesto a ayudar y se preocupó por el bienestar de sus seres queridos y de todas aquellas personas que compartieron y lucharon a su lado; todos los que conocieron a Gerardo Alvarado conocieron de su enorme amor por su familia, y por los compañeros de trabajo a los que siempre trataba de ayudar en los momentos de dificultad y de esta manera lograr que se sintieran parte del mejor equipo, un equipo formado por las mejores personas, adicional también fue evidente su enorme amor por la naturaleza y por los animales,  adicional muchos de sus allegados lo recuerdan como un hombre alegre, dicharachero y tomador del pelo.