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Adiós pan de 200

A pesar de haberse resistido a desaparecer durante varios años, uno de los productos más populares especialmente en las tiendas de barrio, definitivamente no va más debido a los altos costos y permanentes alzas en las materias primas.
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Gerardo Gómez
13 Mar 2021 - 11:36 COT por Ecos del Combeima

Para muchos colombianos hay cosas infaltables e inseparables como complemento en su alimentación diaria o en platos que caracterizan nuestra gastronomía, por ejemplo, sin arroz no hay buen almuerzo, sin arepa no hay un buen tamal y sin pan no hay un buen desayuno, este es uno de los productos que masivamente se consumen en Colombia y hacen parte infaltable en cualquier hora o merienda.

Y es que el pan es el complemento ideal para una buena bebida, para tomarlo como acompañante del café, del chocolate, de la gaseosa, de la lonchera de los niños y también ayuda a generar saciedad o a ‘calmar el hambre’ en muchos casos, este alimento ha acompañado desde tiempos inmemorables a la humanidad y a pesar de existir en la actualidad muchos sustitutos, nunca será destronado de su sitial, los hay de todas clases y especificaciones, su sabor y presentación varía de acuerdo al país o a la región donde se consuma y para el caso del Tolima, se ha convertido en una de los productos de nuestra  bromatología y tradición gastronómica.

Es famoso el Pan Mariquiteño que paradójicamente se produce en la capital frutera de Colombia y para el caso de Ibagué, se destaca la buena calidad de las panaderías locales que se han podido posicionar por su sabor y variedad en el ámbito nacional e internacional, tanto así que muchos extranjeros y visitantes de otras regiones del país que llegan a la musical, quedan extasiados y prendados de la variedad de sabores y calidad de los productos de panificación que acá se ofertan, tanto así que el pan de Ibagué, se convirtió para muchos en presente o suvenir cuando se quiere sorprender a alguien de fuera con un buen detalle.

Pero además el pan cumple una función muy importante en nuestra sociedad y se trata para este caso hablar de cómo este producto que es económico y de fácil consecución, ayuda a la alimentación de las clases populares y de los segmentos menos favorecidos de nuestra comunidad, ha completado por ejemplo, las raciones del Plan de Alimentación Escolar, PAE, es elemento obligado del surtido en las tiendas de barrio donde hasta hace poco tiempo se conseguía a un precio de 200 devaluados pesos.

Pero por más que los panificadores que con sus productos llegan a estos segmentos y lo quisieron sostener, hoy en día, la realidad es que el pan de 200 pesos, desaparece definitivamente y ha tenido un incremento de 50 pesos como mínimo para poder seguir ofertándolo, así lo dijo a Econoticias de Ecos del Combeima, el gerente de La Cremosita, Juan Daniel Celis, empresa que ofrece una gran variedad panes y que dentro de sus líneas cuenta con la distribución Tienda a Tienda en Ibagué, municipios del Tolima y el departamento de Caldas.

“Hace bastantes años que el pan de 200 pesos no había subido de precio pero las materias primas están subiendo 2 o 3 veces en el año, la harina, el azúcar y las grasas suben hasta dos o tres veces en el año y además como en cualquier empresa, se incrementan cada año los costos de salarios, la luz, los transportes y todo, nos habíamos sostenido con el precio de 200 pero este año tocó subirlo, ni siquiera a 300 que sería lo ideal pero lo dejamos con muy buena calidad a 250 pesos porque era imposible hacer un pan de 200 que no nos generara pérdidas, es decir que la bolsa de 6 unidades que las personas compraban por mil 200 en las tiendas, ahora tiene un costo de mil 500 por las mismas seis unidades sin bajarle calidad ni tamaño”, expresó el señor Celis.

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Dijo que además hay una guerra silenciosa entre algunos panificadores quienes en lugar de unirse para poder luchar por ofrecer buenos precios sin desmejorar la calidad, se preocupan por tener una ‘guerra del centavo’ buscando ganar más mercado pero sin entender que esto les genera más esfuerzo y desgaste en los procesos sacrificando calidad y mucho en la rentabilidad.

“Algunos quieren vender más barato con más trabajo y poca ganancia pero no están haciendo nada, conocimos el caso de Villavicencio donde los panificadores trabajan unidos y se ponen de acuerdo cuando les toca incrementar por los costos los precios o si les toca bajarse por amenaza de la competencia foránea que les llega de Bogotá u otras regiones, lo hacen pero no tienen que sufrir las pérdidas por tener que vender casi por debajo de los costos, acá el tendero por 50 pesos prefiere comprar el que le venda más barato pero nosotros ya no pudimos entrar más en ese juego y nos estábamos viendo arrinconados por las pérdidas, este año la harina ya tuvo la primera alza y por ahí en junio vendrá la segunda, el azúcar sube en un mes por lo menos diez veces y no hay estabilidad, se escasea el trigo y de inmediato sube la harina y es raro cuando baja, un bulto de harina está en 92 mil pesos y los distribuidores o intermediarios le ganan y lo vende a 95 o 98 y hasta 100 mil y así con esos altos costos, no da, la mantequilla es uno de los costos más altos y se necesita para darle buen sabor al producto”, agregó.

Finalmente dijo que están sometidos a la tiranía o monopolios de las grande industrias como los ingenios que producen el azúcar para el país con permanentes alzas y los precios suben y bajan a diario sin ninguna vigilancia o control por parte del Gobierno al igual que estas empresas también manejan la importación del trigo y la producción de la harina, agregó que ha habido bajonazos fuertes especialmente en la actual época por la pandemia y que hacen un gran esfuerzo por seguir llevando a las mesas de los colombianos un producto tan importante en su alimentación como lo es el pan diario.

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