El tramo en cuestión debía contar con una doble calzada que garantizaría mayor seguridad y fluidez vehicular. Sin embargo, la construcción de esta obra quedó suspendida hace meses, y hasta el momento, las autoridades no han ofrecido una explicación clara sobre las razones de la demora ni un cronograma para su reactivación.

Los habitantes, conductores y usuarios frecuentes de esta carretera han elevado su voz de alarma. La falta de infraestructura adecuada no solo retrasa los desplazamientos, sino que pone en riesgo la vida de quienes transitan por la zona.

“Ya no sabemos qué hacer. Todos los días escuchamos de accidentes que podrían evitarse si esta carretera estuviera en condiciones óptimas”, señaló Deicy Corral, habitante del sector

La comunidad exige respuestas inmediatas a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), responsable del desarrollo de esta obra. Es imperativo conocer las razones detrás de la suspensión y, más importante, un plan concreto para retomar los trabajos.

Según datos preliminares, los accidentes en esta vía han aumentado en un 30% desde que se detuvo el proyecto. Las largas filas, maniobras riesgosas y la falta de señalización adecuada incrementan el riesgo para quienes dependen de este corredor vial.

La culminación de la doble calzada no solo es una necesidad de infraestructura, sino una medida urgente para salvar vidas. Las autoridades deben priorizar esta obra antes de que la situación empeore.

Mientras tanto, la comunidad continúa esperando una respuesta clara y acciones contundentes.