Un “corrientazo” o almuerzo corriente consta de un plato de sopa, seco o bandeja con carne, ensalada, principio (granos como arveja, frijol o lentejas), papa o plátano y por lo general un vaso con limonada, agua de panela fresca o jugo de fruta, este menú tiene un costo que va desde los 5 mil quinientos hasta los 7 mil en la ciudad de Ibagué.

Para don Álvaro Guerrero, propietario del restaurante Mis Delicias.com ubicado en el centro de Ibagué, la situación ya no aguanta más y está pensando seriamente en unificar el precio del corrientazo con el del almuerzo ejecutivo porque los altos costos son similares y ya no dan para sostener el precio.

“Esto está imposible, hay productos que han subido el precio hasta en un 300 por ciento como el caso de la cebolla que de dos mil pesos hoy está en seis mil, el bulto de papa de 45 mil vale hoy 90 mil, la panela que casi no subía hoy está por las nubes si no hay un control a esto y una solución al paro camionero, no sabemos dónde vamos a llegar”, afirma don Álvaro.

Afirman que si hoy en día los precios están altos, la principal causa es la del paro camionero porque hace más de un mes no estaban a este nivel pero que también situaciones como la sequía por el fenómeno del niño, las crisis por el invierno y las permanentes protestas que se presentan de manera constante en el país, son motivo para que los mayoristas suban exageradamente los alimentos.

“Estamos trabajando por debajo del punto de equilibrio y así no aguanta ningún comerciante, por lo tanto para un precio justo el almuerzo corriente debería estar por los 12 mil pesos que es el actual costo del ejecutivo y estos son similares, por lo tanto, nos estamos reventando, “ahorcados” y en lugar de progresar estamos perdiendo”, dijo el señor Guerrero.

Así las cosas, el corrientazo podría estar en “vía de extinción” y un precio mínimo sería de 7 u 8 mil pesos y esto afecta el bolsillo de muchos pues se ve en los restaurantes que hoy por hoy llegan clientes pidiendo que se les venda sólo una sopa o frijoles con arroz  e incluso piden un corrientazo y se lo comen entre dos personas, dicen los restauranteros.

“Acá llega mucha gente que trabaja en la gobernación, en la alcaldía, en las universidad, vendedores ambulantes o son contratistas y la mayoría ganan un mínimo o por ahí 900 mil o un millón de pesos, lo cual no da para pagar un almuerzo diario de 12 mil”, agregó Guerrero.

Debe haber controles de precios en las plazas

Para don Hernando García, propietario del restaurante Delicias de la Diez, es urgente que las autoridades y el gobierno ejerzan unos controles eficientes porque no solo el paro camionero es la cusa, hay otros aspectos que son manejados por mafias o los llamados carteles que manipulan, acaparan e imponen los precios de los productos.

“No es posible que cuando no sea una cosa sea la otra, que porque hay paro camionero, que porque hay fenómeno de la niña, porque hay invierno porque hay alza del dólar, de la gasolina, lo cierto es que siempre hay un tema al cual echarle la culpa, pero lo cierto es que existen los llamados “carteles” que manejan los productos, los pagan a lo que ellos digan y luego salen con alzas de hasta un 300 por ciento como se está viendo hoy”, dijo don Hernando.

Agregó el señor García que de todas maneras no se puede sacar del mercado el popular corrientazo porque este es un servicio que hay que prestar  a los más necesitados a las personas de menos poder adquisitivo pero que si el estado no soluciona la problemática y el abuso con los precios, los costos seguirán por las nubes.