Carlos Gantiva, quien se desempeña como vigilante en el peaje de Cajamarca, se convirtió en un ejemplo de solidaridad luego de que el pasado lunes decidiera quedarse en su puesto de trabajo a pesar de la emergencia que se presentaba en el momento.

El encargado de la seguridad en el peaje de Cajamarca se mantuvo firme en su sitio sin importarle el peligro que generaban los deslizamientos que colapsaron la vía, pues para él siempre fue más importante cumplir con su obligación y ayudar a la comunidad.

A Gantiva poco o nada le importó la probabilidad de un nuevo deslizamiento, pues siempre tuvo en mente asistir a los que se habían visto afectados, y entre lágrimas evidenció su preocupación por el bienestar de quienes pedían ayuda.