El secreto mejor guardado del Tolima
La reseña que hace en su última edición la revista Viajar del diario El Tiempo sobre el norte del Tolima, reconfirma el gran potencial turístico que siempre ha exhibido este rico territorio.
Paisajes que extasían, todos los climas, riqueza agrícola, ambiental, cultural, histórica. Gente amable y hospitalaria. Y lo mejor, ubicado en un lugar privilegiado del país: en el corazón de Colombia.
No es insustancial ni mucho menos se trata de un alarde ficticio, afirmar que para los momentos actuales la región del norte del Tolima encierra la mejor oportunidad para uno de los renglones que viene registrando un comportamiento vertiginoso en el país: el turismo. En distintas ocasiones, quien esto escribe, incluso desde la época del periódico Tolima 7 días y columnas de opinión como esta, expresadas con reiteración en este portal de Ecos del Combeima, se ha insistido en la necesidad de fijar una atención integral a esta zona del departamento.
Hay que reconocerlo que el actual gobierno departamental ha venido promocionando y ejecutando proyectos que, sin duda alguna, van a afianzar el potencial allí existente. (Para nombrar uno, planta de acopio de aguacate en Armero-Guayabal, que le dará un impulso a este promisorio cultivo).
Es claro que en la revista Viajar, por la falta de espacio, quedaron por fuera lugares que hoy le están imprimiendo una dinámica apropiada al sector turístico. El auge de las fincas cafeteras para convertirlas en posadas y el avistamiento de aves, entre otras iniciativas, es una muestra de esa manifestación de compromiso y entusiasmo que han empiezado a mostrar algunos emprendedores.
Son varias rutas turísticas a explotar en el norte del Tolima, pero hay una que se convierte en la de mayor atractivo por todo lo que incluye en su oferta. Ese circuito cobija a los municipios de Honda (hace parte del grupo de los 10 pueblos más bonitos de Colombia), Mariquita (Frutas, el mejor pan, buena gastronomía, historia colonial), Ambalema (Río, paisajes, historia), Falan (Historia), Ruinas de Armero (el gran museo de lo que era esta población), Líbano (Historia cafetera, cultura, tierra de intelectuales, gastronomía, clima, paisajes) y Murillo (Belleza natural, clima, nevado, tranquilidad).
En todo lo que se ha avanzado, hoy hay que resaltar los esfuerzos del sector privado y público. Gobernación, alcaldías y entidades como Cámara de Comercio, SENA, Cotelco, Fontur, entre otros. El reto es grande, pero vale la pena asumirlo.