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¿Despilfarro, ignorancia o desidia?

No salgo del asombro si esto es el resultado del despilfarro característico de las instituciones del estado, o de la ignorancia o la desidia (dejadez e indolencia), o si obedece a otros intereses muy comunes en nuestra sociedad colombiana que hoy está catalogada como la más corrupta del mundo. Por: Alberto Delgado.
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7 Mayo 2020 - 15:24 COT por Ecos del Combeima

El pasado 28 de abril apareció una información en Ecos del Combeima en donde indicaban que la Gobernación del Tolima adelantó de manera directa con la empresa Drager Colombia S.A la compra de 5 ventiladores mecánicos por un valor de $348’194.000 millones de pesos, para ser entregados en 5 meses. Lo que significa que cada ventilador costó $69’638.800 millones de pesos.

Frente a esta noticia lo menos que se podría sentir es felicidad, en tanto que el departamento se prepara para contar con más respiradores mecánicos, es decir le apuesta a la vida. Pero algo no me cuadraba del todo, precisamente cuando el 10 de abril, es decir 9 días antes, el alcalde de Medellín Daniel Quintero Calle anunciaba que la Universidad de Antioquia,  La Escuela de Ingeniería de Antioquia y la Empresa Industrias Médicas Sampedro se encontraban realizando pruebas para la fabricación nacional de ventiladores mecánicos  con el apoyo de varias empresas colombianas, y realizó el siguiente trino: …Terminadas exitosamente las pruebas preclínicas de los tres prototipos de ventiladores diseñados por @udea @UniversidadEIA y @IMSampedro con el apoyo de @RutaN y que serán producidos por Haceb y Auteco Mobility.

Aparecieron en varios medios de comunicación del país la noticia, en particular Semana lo publicó de la siguiente manera:

Acaban de realizarse con éxito las pruebas preclínicas de ventiladores que se fabrican en Medellín, con apoyo de @Ruta_N, @udea @UniversidadEIA y @IMSampedro, además de Sofasa, Haceb y Auteco, y respaldo financiero de Postobón. Gracias al Alcalde @QuinteroCalle por su gestión”, escribió Duque en su cuenta en esa red social.

El ingeniero Toro había dicho en entrevista con La Silla Vacía que estos respiradores mecánicos lo que hacen es meter aire a presión enriquecido con oxígeno a los pacientes afectados, manteniéndolos con vida mientras se empiezan a desinflamar sus pulmones.

Según el ingeniero mecánico, “básicamente consiste en una bolsa de caucho autoinflable conectada a un control electrónico que mueve esa bolsa y que replica la función de un respirador mecánico”.

Llamó la atención y admiración, que la academia y la industria nacional en tan poco tiempo diseñara unos respiradores que cumplían con los estándares internacionales de calidad y que se podía iniciar a suplir la carencia en el país de estos productos médicos, en medio de una pandemia que aterra al mundo.

Pero indiscutiblemente lo que llamó aún más mi atención es el precio de venta de los mismos… U$1.000 dólares americanos, lo que significa que de acuerdo a la Tasa Representativa del Mercado (TRM) para esa fecha $4.039 pesos, cada ventilador producido por Haceb y Auteco Mobility cuestan $4’039.000 pesos, una diferencia frente a los que compró la Gobernación del Tolima de $65’599.800 millones de pesos.

Cabe hacer el siguiente análisis simple:

Con un presupuesto de $348’194.000 millones de pesos, comprándolos a Haceb y Auteco Mobility, la Gobernación del Tolima podía haber adquirido 86 respiradores mecánicos en lugar de 5, una estruendosa diferencia de 81 respiradores.

No salgo del asombro si esto es el resultado del despilfarro característico de las instituciones del estado, o de la ignorancia o la desidia (dejadez e indolencia), o si obedece a otros intereses muy comunes en nuestra sociedad colombiana que hoy está catalogada como la más corrupta del mundo.

Agrego además, que las empresas Sura, Crystal y Compañía de Empaques se asociaron con la Universidad CES en Medellín para el desarrollo de un traje para proteger a los médicos del contagio con el covid-19 y actualmente están esperando la aprobación del INVIMA para iniciar con la producción masiva y su comercialización.

Una clara muestra que en Antioquia creen en sus universidades y en el conocimiento como parte fundamental del desarrollo y la puerta para las soluciones a los retos que impone este momento tan complejo y crítico para la sociedad.

Mientras tanto en el Tolima e Ibagué…

 

ALBERTO DELGADO CORTÉS

Economista

MBA Magister en Administración de Empresas con especialidad en Sistemas de Gestión de Calidad - Chile.

Profesor investigador Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad del Tolima

Asesor académico pasantías nacionales e internacionales 

Ponente a nivel internacional UNAM México – Universidad Veiga de Almeida Rio de Janeiro, Brasil. Universidad Tecnológica de Cotopaxi Ecuador.   

*Las ideas plasmadas en este documento no comprometen a la Universidad del Tolima, solamente son responsabilidad del autor.