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"Jamás planteamos que los niños vayan vestidos como niñas al colegio": Gina Parodi

En entrevista con Yamid Amat la ministra dice que es víctima de una 'terrible máquina de manipulación política'.
15 Ago 2016 - 8:48 COT por Ecos del Combeima

“No hay ni habrá cartillas oficiales para las escuelas y colegios del país sobre ideología de género o con orientaciones sexuales”. La radical notificación es comunicada por la ministra de Educación, Gina Parody.

Los polémicos manuales de convivencia que deben revisar todos los colegios por orden de la Corte Constitucional no serán redactados por el Ministerio, sino, autónomamente, por los mismos colegios: por sus rectores, por sus profesores y, por supuesto, por los padres de familia.

Lo que dijo la Corte, claramente, es que en los manuales de convivencia deben existir las garantías de que no haya ningún tipo de discriminación en los colegios: ni racial, ni religiosa, ni sexual, ni política ni filosófica o por condición étnica.

La sentencia fue dictada a raíz de una tutela que interpuso la madre del joven Sergio Urrego, quien se suicidó como consecuencia de la discriminación que sufrió por su condición sexual.

“Lo que está en marcha es una terrible máquina de manipulación masiva para sembrar dudas por algo tan elemental como la revisión de los manuales de convivencia”, dice la Ministra.

“Los padres de familia pueden estar tranquilos –agrega– . La supuesta ideología de género no es otra cosa que una campaña de manipulación masiva, una campaña de desinformación con fines políticos. El Ministerio de Educación no interfiere ni en las creencias ni en los valores, y muchísimo menos en esto que se denomina ideología de género. Esa no es nuestra misión: ni implementamos, ni promovemos ni hacemos nada que tenga que ver con este tema.

¿Si un niño le pregunta ‘qué es lo que está pasando con nosotros’, usted qué le responde?

Que los niños, las niñas, los jóvenes y los adultos –todos– somos iguales ante la ley y, en consecuencia, en los colegios no puede haber ningún tipo de discriminación. Ni porque es gordo o flaco, ni porque es negro o es blanco o es indígena ni porque es gay o es heterosexual. Ningún tipo de discriminación.

¿Y si el niño pregunta ‘por qué, entonces, las manifestaciones tan grandes’?

Porque ha existido una campaña de desinformación y manipulación de la cual muchos padres de familia han sido víctimas. El Ministerio ha sido clarísimo en establecer que los colegios son autónomos en producir sus manuales de convivencia y en revisarlos, que los padres de familia son quienes deben inculcar los valores y creencias a los hijos, y que el Ministerio de Educación tiene que garantizar que no haya ningún tipo de discriminación.

¿Qué originó, entonces, todo el escándalo?

Intereses políticos que quieren generar una visión de país basada en el odio y la discriminación. ¿Cuál es la realidad de las cosas? Como consecuencia de la muerte del estudiante Sergio Urrego, quien se suicidó debido al matoneo que tuvo que soportar en su colegio por ser homosexual, la Corte Constitucional dictó una sentencia en la cual ordena realizar una revisión extensiva e integral de los manuales de convivencia en el país, para determinar que estos sean respetuosos de la orientación sexual y la identidad de género. ¿Qué está haciendo el Ministerio? Cumplir la orden de la Corte.

Dice usted que hay una campaña de desinformación. ¿Qué es lo que no es cierto?

No es cierto que estemos imponiendo la llamada ideología de género. No es cierto que el Ministerio esté imponiendo manuales de convivencia; los colegios son autónomos para establecer sus propios manuales con la participación de rectores, maestros, padres de familia y, en general, la comunidad educativa. No es cierto que existan lineamientos sobre uniformes o baños mixtos. No es cierto que el Ministerio haya entregado cartillas o manuales sobre el tema de orientación sexual e identidad de género. Tenemos cartillas y manuales de matemáticas, ciencias, lenguaje. Repito una y mil veces: el Gobierno no implementa ni implementará nada que tenga que ver con lo que algunos han denominado ideología de género.

¿Y por qué tilda usted como “campaña” de desinformación este debate?

Porque se atrevieron incluso a divulgar por redes sociales supuestas cartillas que en realidad corresponden a imágenes de pornografía homosexual para adultos en Bélgica. ¿Qué puede pasar por la mente de las personas que se atreven a generar de este modo el temor de los padres de familia? Al parecer, a algunos políticos les causa terror la idea de que nuestros niños aprendan también de respeto, igualdad y libertad, y pusieron en marcha una terrible máquina de manipulación masiva para sembrar dudas e incertidumbre por algo tan elemental como la revisión de los manuales de convivencia.

¿Cuál es la verdad sobre el tema de los uniformes?

Jamás hemos pedido ni pediremos que los niños puedan ir vestidos como niñas, ni las niñas como niños. Esa es otra falsedad que prueba la campaña de difamación. El Ministerio no ha emitido circulares, resoluciones, directrices o lineamientos que limiten el derecho de los colegios a determinar pautas con relación a los uniformes.

¿Pero usted sostiene que todo, absolutamente todo, es desinformación?

Yo no he podido establecer a ciencia cierta cuál es la génesis de todo esto. Lo único que el Ministerio hace es atender la orden de la Corte Constitucional para que no haya ningún tipo de discriminación escolar y para que en Colombia nunca más se repitan casos como el del estudiante Sergio Urrego, quien se suicidó por el matoneo debido a su condición sexual. Esa es la discusión que tiene que dar el país.

¿Usted cree que está siendo víctima de matoneo por su condición homosexual?

Es probable, pero creo que el debate va más allá de los ataques personales. En este momento hay dos visiones de país: una que cree que debe ser excluyente, que debe haber universidades para pobres y universidades para ricos, que los estudiantes no se pueden mezclar, que divide, que utiliza mentiras y engaños y que fomenta el odio como parte de la política. Y hay otra visión que cree que podemos ser una sociedad igualitaria en la que estemos unidos, que ve los colegios como territorios libres de discriminación, y que cree en la paz y la reconciliación. La decisión que debemos tomar es sobre cuál es el país que queremos.

¿Cuál es el país que usted quiere?

Un país en paz. Un país igualitario y democrático. Un país sin insultos, sin violencia. Un país donde las mentiras y falsedades no sean instrumentos válidos de oposición; la agresividad no puede primar en una sociedad como la nuestra, en la que lo más importante tiene que ser la vida, el amor, el respeto, la igualdad y la reconciliación. Así podemos construir un país mejor.

¿Pero entonces usted va a insistir o no va a insistir en el manual de convivencia?

Hago claridad: los colegios, autónomamente, sin intervención del Ministerio de Educación, deben elaborar sus propios manuales de convivencia. Esos manuales son una obligación legal de los colegios. ¿Quiénes los hacen? Los rectores, los profesores, los estudiantes y los padres de familia. ¿Qué deben contener? Herramientas que permitan, por ejemplo, resolver los conflictos de manera pacífica en el colegio. Invito a todos los padres de familia a que lean los manuales de convivencia de sus colegios, que se involucren, que sepan qué dicen, que no vayan a dejar nunca que a un hijo lo discriminen o le hagan matoneo.

Pero existen unas preguntas orientadoras enviadas a los rectores por el Ministerio de Educación

Existen unas preguntas orientadoras que son públicas y que fueron diseñadas en el marco de un convenio con Unicef, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y Colombia Diversa, entre otras, para reflexionar con los rectores sobre posibles situaciones de discriminación en los colegios. Cada una de las preguntas tiene un soporte basado en lo que consagran la Constitución y la ley.

Por ejemplo: ¿el manual de convivencia es coherente con la normatividad relativa a la inclusión de personas con discapacidad y da garantía frente apoyos requeridos? ¿Hay expresiones que descalifican o condenan la orientación sexual, identidad de género, etnia, credo o discapacidad? ¿El manual de convivencia considera como falta disciplinaria las identidades de género y orientaciones sexuales (Lgbti)? A un niño que sea homosexual no se le puede discriminar como si esa condición sexual fuera una falta disciplinaria. Todo eso es lo que queremos ver.

¿Por qué? Porque la madre de Sergio Urrego, que valientemente presentó una acción de tutela ante la Corte Constitucional, dijo: es que el manual de convivencia de mi hijo no era un manual que fomentara la no discriminación, y por eso es que se hacen esas preguntas. Seamos claros: las preguntas son orientadoras y en ningún caso representan un lineamiento o imposición del Ministerio para la elaboración de los manuales de convivencia, que, reitero, pertenece a la autonomía de los colegios.

¿Cuánto tiempo va a durar esta revisión de los manuales de los colegios?

Al final del año, todos los colegios tendrán que haber revisado sus manuales.

¿El Ministerio de Educación los investigará?

No. Los encargados por ley de examinar que los manuales de convivencia cumplan con la Constitución y la ley son las secretarías de Educación. Si usted recuerda, en el caso de Sergio Urrego, fue la Secretaría de Educación de Cundinamarca la encargada de investigar al colegio. El Ministerio no tiene ninguna función de investigación. Nosotros tenemos metas en matemáticas, en lenguaje, en lectura, pero cómo debe ir un niño peinado o vestido no lo define el Ministerio de Educación. Tampoco cómo debe ser el baño, ni cómo redactar el manual de convivencia. Ni el Ministerio ni la ministra va y revisa los manuales de convivencia porque cada uno en la sociedad tiene una función en la educación.

Yo, por ejemplo, siempre digo: nadie reemplaza la voz de una madre que le lee 15 minutos al día en voz alta al niño, nadie puede entrar a la casa a apagarle el televisor a un niño para que vaya a hacer las tareas. Cada quien cumple un papel, y nosotros como Ministerio sabemos cuál es nuestra función y cuáles son nuestros límites porque la Constitución y la ley así lo imponen.

¿El Ministerio de Educación no ha dictado ni va a dictar ninguna medida que tenga que ver con la orientación sexual en los colegios?

Ninguna distinta a que en Colombia se cumpla con el artículo 13 de la Constitución; este dice que no haya ningún tipo de discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, etc. Aquí tenemos que aprender a respetarnos como seres humanos y como colombianos por encima de cualquier cosa, y lograr que todos los niños, niñas y jóvenes se encuentren en igualdad de condiciones y con oportunidades similares.

Este tema fue analizado esta semana por el presidente Santos y usted con la jerarquía eclesiástica. ¿Cuál fue la conclusión?

Que debemos tener más diálogo entre todos, debemos avanzar como sociedad democrática y no permitir en ningún caso que haya actos de violencia física o verbal. Vamos a mantener mayor comunicación mutuamente con la Iglesia.

¿El diálogo estaba roto?

El diálogo con la Iglesia nunca ha estado roto. Yo estudié en un colegio de monjas hasta los 17 años, estudié en una universidad de curas jesuitas. Mi mamá va a misa diariamente, es una devota grandísima. Yo también lo soy. Mi relación con Dios es sagrada.

Tomado de EL TIEMPO (ver nota original)