SI, a la unidad de fronteras
La verdad, es que Colombia y Venezuela deben renovar las relaciones sobre la base de confianza, dejando muy claro cuáles son las reglas de juego, para manejar los temas de agenda que trasnochan a más de uno acá y allá. Esperamos, que la vocería del gobierno colombiano y venezolano no recaiga en personajes con intereses políticos o que estén pensando en procesos electorales a corto tiempo. La agenda, es sensible y tiene temas como política de fronteras, economía segura, garantías para los conciudadanos, respeto de los gobernantes, diversidad de culturas y el ALCA entre otros. Debo decir, que la propuesta de acabar con los insultos y respuestas por la vía de comunicados de prensa, ha sido lo mejor, ”el toro se coge por los cuernos” un tema tan delicado , que tiene en juego la supervivencia de miles de compatriotas no puede tener ataques de cocina y respuestas de culebreros, alimentando el amarillismo de los medios de comunicación, ese paso; de los presidentes Santos y Chávez de volver a la diplomacia; me gusto, hacer uso del buen lenguaje cuando se quiere decir, lo que se piensa del otro, no cuesta mucho y se evitan complicaciones.
Colombia, necesita de Venezuela en materia económica, los Estados Unidos cada vez tiene una disculpa para NO aprobar el TLC, estoy seguro, no lo aprobarán, decía la abuela:”amanecerá y veremos”. Las circunstancias políticas del país del norte; no son las mejores para el señor Obama, la popularidad cada día mas baja y la credibilidad la ha perdido ante sus compatriotas, cuando un político o un gobernante pierde “LA CREDIBILIDAD” los ratones hacen fiesta. Obama, anda en otro cuento por estos días, recorriendo los estados y participando en fiestas de benefactores, para asegurar el triunfo de sus amigos en las próximas elecciones parlamentarias. Por eso, el TLC no es prioridad para su gobierno. Es bueno recordar, que la visita y el tinto de Gustavo Petro y Piedad Córdoba en el pasado, con demócratas y republicanos sobre los derechos de los trabajadores, falsos positivos, libertad de prensa y DDHH, todavía ronda en la cabeza de muchos congresistas gringos y frena la posibilidad de aprobar iniciativas económicas, cuando todavía se siguen afectando esos derechos en nuestro país. No hubo, voluntad de aprobar el TLC cuando Uribe se paso por la galleta la corte constitucional y desconoció al congreso; al imponer las bases militares, en un claro mensaje de verdaderos “amigos” de los gringos en sur América. Menos ahora, cuando los magistrados de la corte constitucional han demostrando una vez más su independencia y dicen NO, a los actos del caprichoso ex presidente Uribe; invocando la seguridad democrática. Por eso, el tema de Venezuela, mas haya si la guerrilla pasa la frontera, si comen a este lado y duermen allá, no puede quedar solo en eso. Reconozco, la discusión de las guerrillas toca darla, con altura a puerta cerrada en una cumbre de UNASUR y no en la desacreditada OEA. Se debe reorganizar las relaciones en el tema económico; como primer punto. Colombia necesita un acompañamiento permanente de Brasil y Chile. Países que en su hoja de ruta económica están dando cátedra de cómo superar la miseria, desigualdad y pobreza de su gente, no dejemos; a Venezuela por fuera, el documento de naciones unidas advierte que está cumpliendo las metas del milenio. Con ellos, podemos hacer parte fundamental del ALCA y dejar de especular con el TLC.
Esta unidad suramericana, está entrando muy fuerte en los mercados de China, India y Japón, con millones de consumidores, que son más poderos que los estados unidos. Colombia, no se puede dar el lujo de quedar por fuera de este bloque económico, si estamos pensando en mercados seguros de exportación. Por eso, el tema de unidad planteado por el Presidente Santos, debe llegar a las fronteras para mejorar las relaciones con nuestros vecinos, desviar los vientos de guerra y darle seguridad, y tranquilidad a los empresarios, para conseguir estabilidad económica, que refleje mejor forma de vida para miles de compatriotas que no pierden la esperanza que la “prosperidad democrática 2010-2014” sea realidad.