En las últimas semanas, el debate en torno a asuntos que podrían catalogarse de “progresistas” ha cobrado mayor protagonismo en Colombia. Especialmente, porque la histórica votación que dio la Cámara de Representantes en contra del referendo que promovía la senadora Viviane Morales dio para todo tipo de críticas, a favor y en contra, no sólo acerca de la adopción por parte de parejas del mismo sexo, sino que reabrió la discusión sobre si hay o no discriminación en el país.

Lo cierto es que, pese al laicismo y a las libertades individuales establecidas en la Constitución Política de 1991, son muchos los colombianos que, como el representante liberal, Silvio Carrasquilla, prefieren tomar sus decisiones con base en lo que dice la biblia y no en lo que dicen las leyes. Así lo es en asuntos tan polémicos como la eutanasia, el aborto, el matrimonio entre parejas del mismo sexo y otros temas similares.

Por eso, los representantes de la Iglesia Católica han salido, una vez más, a sentar su voz de protesta en contra de los proyectos legislativos que pretendan reglamentar asuntos de tan complejo debate como la composición de una familia, para hablar apenas de un caso. Así lo expresó el secretario de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Augusto Castro, quien pidió a los “fieles de la fe” levantar su voz para defender “el valor sagrado y la dignidad de la vida humana y de la familia”.

“Hacemos un llamado a los fieles católicos para que expresen públicamente y defiendan los valores de la fe cristiana en relación con la vida y la familia, que son los pilares de la sociedad y el fundamento de los demás derechos de las personas”, dijo monseñor Castro, al advertir que en Colombia se estaría tratando de imponer una “cultura política y jurisprudencial”, en torno a asuntos como el aborto, la adopción igualitaria y la eutanasia.

“La Iglesia católica, ante estas situaciones, se mantiene firme en lo que siempre ha enseñado: el respeto y defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural; la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer; la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas no son negociables”, expresó el alto jerarca, en representación de los obispos del país.

Por eso, sentaron su oposición frente a eventuales cambios liderados al interior del Legislativo y, a su vez, pidieron al Estado asegurar que se respete el derecho a la objeción de conciencia y a las manifestaciones públicas. Esta reacción, cabe recordar, se da luego de que la senadora Morales renunciara al plantón que había convocado junto con su marido, el pastor Luis Alonso Lucio, frente a la decisión del Congreso de hundir el referendo que ambos estaban promoviendo.

Tomado de El Espectador (ver nota original)