El Congreso eligió a Álvaro Echeverry como nuevo magistrado del CNE

El Congreso de de la República, reunido en pleno en el salón elíptico del Capitolio Nacional, eligió al abogado Álvaro Echeverry Londoño como magistrado del Consejo Nacional Electoral por 205 votos contra 50 de su contendor Plinio Alarcón Buitrago.
Echeverry Londoño es abogado de la Universidad de Manizales y especializado en Derecho Administrativo en la Universidad de Caldas.
Su formación académica y experiencia en el ejercicio de funciones directivas en los sectores público, han sido meritorias en la ejecución de tareas especializadas en Derecho de la participación democrática, con énfasis en Derecho Electoral,ejercido en el Ministerio del Interior. También como asesor y consultor.
Se suma a su experiencia profesional la obtenida en funciones públicas en la Procuraduría General de la Nación, la Contraloría General de la República y el Consejo Superior de la Judicatura, escenarios en los cuales consolidó su experiencia en el marco del Derecho Electoral, Disciplinario, Fiscal y Laboral Público.
Resultados de la votación
Votación en Cámara: Álvaro Echeverry Londoño: 141 votos. Plinio Alarcón Buitrago: 29 votos. En Blanco: 2 votos. Representantes ausentes: 15.
Votación Senado:Álvaro Echeverry Londoño: 64 votos. Plinio Alarcón Buitrago: 21 votos. En Blanco: 10 votos.
Votación Total:Álvaro Echeverry Londoño: 205. Plinio Alarcón Buitrago: 50. En Blanco 12 votos.
Fortalecer la democracia
El nuevo magistrado Echeverry Londoño al tomar posesión ante el presidente del Congreso, Efraín Cepeda Sarabia, agradeció a los congresistas por el voto y la confianza brindada para asumir el cargo “con una misión común: el fortalecimiento de nuestra democracia”.
Dijo que “el pluralismo político, pilar de nuestra constitución, exige diálogo y no imposición, exige respeto y no descalificación…hoy más que nuca el país necesita, de quienes tenemos responsabilidades públicas, pensar primero en Colombia actuando con estricto apego a la ley”.
Afirmó que “Defender la libertad de expresión es innegociable. Pero no olvidemos otra libertad fundamental,la libertad de pensamientos…Ser distinto no es una amenaza, es una riqueza”.
Finalmente enfatizó: “Asumo esta responsabilidad con entereza pero también con la apertura que exige quien debe arbitrar y no competir, garantizar y no condicionar. Que esta sea una oportunidad para demostrar que sí es posible construir desde la diferencias cuando se tiene como norte el bien común”.