La crisis en la Unidad de Salud de Ibagué (USI) ha alcanzado un punto crítico. Déficits multimillonarios, demoras en los pagos a trabajadores y tensiones entre sindicatos, empleados y directivas generan un clima de incertidumbre que pone en jaque el futuro del sistema de salud en la ciudad.

Con un déficit que supera los 36 mil millones de pesos, la USI enfrenta un panorama complejo. Aunque el Ministerio de Salud anunció un apoyo histórico de 20 mil millones de pesos, acompañado de una resolución para girar otros 10 mil millones, persisten las dudas sobre cómo se utilizarán estos recursos. La polémica se centra en si el dinero puede cubrir la quincena atrasada de diciembre de 2024 o si debe aplicarse únicamente a presupuestos del 2025.

El malestar entre los trabajadores 
Los empleados, respaldados por los sindicatos, han expresado su frustración ante los atrasos en el pago de salarios. Si bien el gerente de la USI logró anticipar el pago de la quincena de enero, la deuda de diciembre aún está pendiente, aumentando la tensión. Sindicalistas y trabajadores exigen respuestas claras y soluciones inmediatas.

"Es inaceptable que tengamos que mendigar por nuestros salarios. Mientras tanto, la USI está llena de personal contratado sin un estudio claro de cargas laborales. Esto no es solo un problema financiero, también es un problema de gestión", señaló William Rosas, concejal de Ibagué.

¿Un exceso de personal o clientelismo? 
Uno de los puntos más controvertidos es la cantidad de empleados en la USI. Según algunos críticos, la institución podría estar operando con una sobrecarga de personal, fruto de prácticas de clientelismo político. Actualmente, un estudio de cargas laborales está en proceso para determinar si es necesario ajustar la nómina, pero los resultados aún no se han hecho públicos.

Mientras tanto, los sectores sindicales defienden la necesidad del personal actual, argumentando que, para mejorar la atención en salud y facturar más, es indispensable contar con equipos completos. En este contexto, surgen interrogantes: ¿es viable mantener a los 800 trabajadores actuales? ¿O es hora de optimizar recursos?

La atención en salud: una deuda pendiente 
Además de los problemas administrativos, los servicios médicos en Ibagué enfrentan serias dificultades. EPS como Salud Total, Sanitas, Nueva EPS, y Famisanar no están cumpliendo con la entrega de medicamentos ni con la atención prioritaria en áreas como odontología. Esto ha dejado a millas de usuarios del régimen subsidiado sin opciones claras para recibir atención médica.

Ante este panorama, la USI tiene la oportunidad de captar afiliados de estas EPS, pero esto exige mayor territorialidad y estrategias de servicio. "La salud no puede quedarse esperando en un escritorio. Hay que salir a buscar a los usuarios, demostrarles que podemos ofrecerles un mejor servicio", afirmó un concejal de Ibagué durante un debate reciente.

El futuro de la USI: ¿intervención o rescate? 
El fantasma de una intervención por parte de la Superintendencia de Salud sigue rondando. Aunque el Ministerio ha demostrado buena disposición al girar recursos, hay quienes aseguran que estos esfuerzos no serán suficientes si no se implementan cambios estructurales en la gestión de la USI.

Por el contrario, la salida de la anterior gerente, Aura Acevedo, y las tensiones políticas entre sectores locales han complicado aún más la situación. El nombramiento de la actual gerente, Sandra Jaramillo, no ha estado exento de críticas, especialmente por decisiones recientes, como la contratación de asesores y subgerentes que podrían elevar aún más los gastos de funcionamiento.

Un rayito de esperanza: nuevos proyectos en salud 
En medio de la crisis, hay anuncios que despiertan esperanza. El Ministro de Salud ha ratificado su compromiso con la construcción de un hospital infantil para el Tolima, un proyecto histórico que beneficiará a miles de familias en la región. Sin embargo, la falta de avances concretos genera dudas sobre si este sueño será una realidad o quedará en palabras.

"Es hora de que todos trabajemos unidos: ministerio, alcaldía, concejales y sindicatos. Solo así podremos salvar a la USI y garantizar un sistema de salud digno para Ibagué", concluyó Rosas Jurado.

La USI está en la cuerda floja. Mientras tanto, los ojos de los ciudadanos están puestos en las decisiones que se tomen en los próximos días, con la esperanza de que la salud pública de Ibagué salga fortalecida de esta tormenta.