En medio de la discusión sobre la Reforma a la Salud, una de las iniciativas más polémicas del Gobierno actual, se han generado tensiones entre congresistas del oficialismo y la oposición. Durante el debate, se hizo un llamado a la sensatez y la responsabilidad legislativa, al recordar que la discusión no puede desviarse por señalamientos infundados o ataques personales.

"Nos han llamado hasta asesinos, pero no podemos usar eso como excusa para dejar de ejercer nuestra labor constitucional de debatir proyectos tan importantes como este", afirmó Martha Alfonso, representante a la Cámara por el Tolima.

El congresista enfatizó que la reforma va más allá de los intereses políticos, pues toca un aspecto esencial: la vida y el derecho fundamental a la salud de los colombianos. A su juicio, el sistema de salud actual no ha colapsado por culpa de esta administración, sino por 30 años de malos manejos, falta de transparencia y ausencia de seguimiento a los recursos destinados a la salud.

"Esta crisis no es nueva, es una crisis acumulada que ha golpeado a los sectores más vulnerables, especialmente en las regiones y municipios más alejados del país, donde la gente se está muriendo sin atención médica", denunció.

El legislador subrayó que este es un debate de alto contenido ético, ya que tiene como objetivo transformar un sistema que, en su diseño actual, ha fallado en garantizar servicios dignos y eficientes a la población.

Finalmente, hizo un llamado a todos los sectores del Congreso: "Si hay un debate que merece el país, es precisamente este. La salud del pueblo colombiano debe estar por encima de cualquier interés político o ideológico”.

El debate sobre la reforma a la salud continúa siendo uno de los puntos más álgidos en el panorama legislativo, con implicaciones directas en la calidad de vida y el acceso a servicios médicos de millones de colombianos.