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Articulación estratégica para el desarrollo: empresa, estado, academia y sociedad

Este impulso solo será posible cuando se logre pasar de un comportamiento cerrado e individual a otro donde primen la asociatividad y la economía colaborativa.
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Alejandro Rozo
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29 Jun 2024 - 19:12 COT por Alejandro Rozo

El desarrollo de los territorios requiere de un frentero y decidido liderazgo empresarial en el que gremios y empresarios que además de integrar y de aportar a la visión y construcción del futuro, deben impulsar el desarrollo de estrategias y proyectos que generen impacto socioeconómico. Este impulso solo será posible cuando se logre pasar de un comportamiento cerrado e individual a otro donde primen la asociatividad y la economía colaborativa. Cuatro décadas atrás, el liderazgo empresarial en Ibagué y el Tolima permitió la creación de empresas como Aerovías de Integración Regional AIRES S.A, la Universidad de Ibagué y otras más, que sumadas a los beneficios otorgados por la ley 44 de 1987 a raíz de la tragedia de Armero, seguramente traerían gran desarrollo al territorio. Una vez terminados los beneficios de esta ley, pareciera que el impulso empresarial también se estancó, aunque vale la pena resaltar la creación y desarrollo de importantes cadenas comerciales de supermercados, droguerías y centros de distribución que han permitido la generación de empleo. Lastimosamente hasta ahí llego el impulso, posterior a estas iniciativas de avanzada ha sido muy limitada la creación o llegada de grandes o medianas empresas que generen empleo de calidad y especialmente valor agregado y riqueza para el territorio.

Era muy preocupante hace algunos años la marcada desarticulación entre Universidad, Empresa, Estado, lo que en otros territorios se denomina “Estrategia CUEE (Comité Universidad – Empresa – Estado), en esto los grupos académicos, empresariales o gremios económicos pareciera que dejaban solos a los gobiernos de turno de orden departamental y municipal a la hora de establecer las macro estrategias de desarrollo económico. Se tiene la errada idea de que es responsabilidad exclusiva de la administración de turno brindar las condiciones para desarrollar estrategias de crecimiento y desarrollo, labor que debe ir jalonada desde el mismo sector privado como ha ocurrido en Antioquia con el GEA “Grupo Empresarial Antioqueño”, así como la estrategia de los nueve CUEEs que hoy tienen a Antioquia aportando el 14,7% del PIB nacional y exportando más que Bogotá y Cundinamarca juntas. En Antioquia se respira generosidad y trabajo en equipo, mientras aquí, por ejemplo, todos queremos ser estrellas y llegar solos a la meta con los bolsillos llenos. Los paisas difícilmente habrían nombrado personas incompetentes a la cabeza de gremios o instituciones; aquí es muy común que esto ocurra, y me refiero a la incompetencia, porque a todas luces, los resultados y la situación actual e histórica de nuestra región es producto del mal hacer o del no hacer de quienes tienen la obligación de promover el desarrollo desde lo privado. Un claro ejemplo de esto es el nombramiento de quien será el próximo o próxima Director (a) Ejecutivo(a) de la Cámara de Comercio de Ibagué.

La historia económica de Ibagué y gran parte del Tolima nos muestra cómo los jesuitas y grandes terratenientes de la época, transaron grandes extensiones de tierra con latifundistas en cabeza de  grupos familiares que han usufructuado la tierra en actividades como el arrendamiento de la misma para el establecimiento de monocultivos seguramente con beneficios individuales, pero muy poco desarrollo empresarial representado en proyectos ambiciosos que hoy deberían estar generando empleo de calidad. En el mejor de los casos, los pésimos e interesados Planes de Ordenamiento Territorial POT, han permitido procesos de expansión para construir vivienda de interés social pero no para desarrollar proyectos industriales, agroindustriales, logísticos o turísticos que generen oportunidades reales de empleo para los tolimenses.

Integrar todos los sectores, participar, lograr un desarrollo sostenible impactando los índices de competitividad, crear cultura de innovación, desarrollar tecnologías, formar profesionales de calidad acorde a las necesidades del mundo globalizado, ejecutar los planes de manera impecable y eficiente, procurar el bien común, acabar la desigualdad, la informalidad, atraer inversión, cambiar el pensamiento pesimista y resignado, solo será posible cuando logremos articular a los líderes empresariales regionales con los lideres políticos, sociales y académicos del territorio. Esperemos que estos cambios de paradigma para el desarrollo no sean por relevos generacionales porque estaríamos destinados a más años de mediocridad.  Es el momento de motivar un cambio real y auténtico para hacer posible construir una región ejemplo de desarrollo, pujanza y progreso.

Antes de querer ser un criticón más de esos que abundan, lo que pretendo es llamar a la unidad de quienes representan el liderazgo empresarial y gremial, el estado, la academia y sociedad civil, si no es así, difícilmente podremos generar una visión conjunta para el desarrollo. Pensar en hacer alianzas para hacer crecer el tejido empresarial, generar asociatividad, atraer inversión, invertir o reinvertir en el Tolima es la estrategia más acertada para generar empleo y reactivar el desarrollo económico y comercial en el territorio. El terreno es fértil, pero se debe sembrar con unidad y estrategia para que nuestros hijos y nietos puedan cosechar los frutos del desarrollo que tanto anhelamos.

 

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