Muy fácil sería congraciarse con la mandataria de los tolimenses y decir que todo en materia de competitividad está bien ¨todo bien todo bien¨, cuando no es del todo cierto, aunque cierto si es, que ella representa la esperanza de todo un departamento.

Escalamos 2 puntos en el Índice Departamental de Competitividad o mejor los recuperamos de los cedidos en 2023 por cuenta de la caída libre sufrida en materia de salud, donde habíamos perdido 6 puestos, y que ya para el 2024 por suerte eliminaron la medición de la Inversión en Salud Pública, donde el Tolima venía siendo calificado con cero algo, y ocupando reiteradamente el puesto 27. Parece entonces que el repunte hubiese sido tema de forma, pero de fondo el detonante de nuestro discreto ascenso, aparenta haber sido por cuenta del entorno de los negocios, especialmente por la mejor atención al sector terciario donde recuperamos 10 puestos en ese solo ítem. Tabla de salvación para no seguir siendo el último al interior de las Rape a la que pertenecemos.

Este informe de Competitividad parece reafirmar lo concluido en el documento Desigualdades Territoriales en Colombia presentado por el BID y la Universidad Eafit, también durante el este junio de 2024, ratificando el deshonroso titulo de ser el país más desigual de toda la región de acuerdo con la OCDE que advierte necesita más de 10 generaciones para que el 10% de los colombianos migre a un ingreso clase media.

Para Bogotá que lidera la Región Central y Antioquia la Región Cafetera, la desigualdad con el resto del territorio es tanta, que parecen de otro país; Además que el Distrito Capital se ve distante de su región como si buscara mejorar solo sus propios indicadores y no los de su región. Bogotá da la impresión que solo se nutre de su entorno, pero no aporta nada para avanzar con el, pues no lidera proyectos integradores que se aprovechen sistemáticamente de su gran mercado y buenos indicadores. Aunque el DC. se mantiene como el número 1 en por lo menos 10 de los 13 pilares en este informe, también da mal ejemplo como integrador regional y la sostenibilidad ambiental, donde sí es superado por la tercera parte de los departamentos. Como no llamar la atención, si solo Bogotá participa con cerca del 25% del PIB Nacional, y su PIB Percápita dobla el del Tolima y quintuplica a Vaupés y muchos otros departamentos. Así es literalmente imposible.    

En la Región Cafetera donde incluyen Antioquia y excluyen al Tolima, y que dicen pertenecemos; si que escasea la sinergia para la construcción de nuevos proyectos regionales. Proyectos que justifiquen esa integración regional y nos acerque como un todo, al gran mercado llamado Bogotá, como por ejemplo con el desarrollo cierto de la Gran Central de Abastos de Colombia, la Central Nacional de Carga y una Zona Franca Industrial, entre otros muchos proyectos de Infraestructura Logística Especial que reclama el país y menciona el Conpes 3982, y que también se espera con la reestructuración del Sistema Nacional de Competitividad e Innovación SNCI, cerrar la brecha inter regional,  apostándole a la reindustrialización, la transición energética y la soberanía alimentaria en los territorios. Proyectos que se necesitan pero que no se ven.  

Aquí Antioquia sorprende gratamente y enseña como avanzar con alianzas interinstitucionales, como también Risaralda con Hub Digital y Caldas con la Mesa de Internacionalización, donde se proponen convertir sus departamentos en territorios de clase mundial, mejorando la globalización de sus sectores económicos.

Es que en nuestro país existe una Colombia Próspera, donde ciertamente no estamos, pero sí la mayoría de los departamentos asociados a las Rape que pertenecemos, y otra Colombia Emergente donde tampoco estamos, según el documento del BID. Donde si estamos es en el grupo de la Colombia en Transición, es decir en aquellos departamentos capaces de mitigar parcialmente las diferencias sociales, allí sí en compañía del Cauca, Huila, Meta y Caquetá entre otros, y la otra Colombia vulnerable, que incluye los antiguos territorios nacionales.

Para evidenciar la acentuada desigualdad entre las regiones y de estas con el Tolima, toca decir que nuestro departamento no supera los promedios regionales de las 2 RAPE a la que pertenecemos y en ninguno de los 13 ítems que allí se miden. En la Región Central, el puntaje promedio total que incluye el aporte negativo del Tolima es de 6,05 mientras el Tolima tiene un escaso 5,28; ya en RAP Eje Cafetero la desigualdad es mayor, de un 6,29 promedio regional a un 5,28 del Tolima. Eso significa que tendremos que avanzar en nuestros propios desafíos, seguramente bajo una mejora continua y a partir de ya.