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El punto es el plan

Por ello y con ese ánimo reflexivo, quisiéramos dejar aquí algunas observaciones y recomendaciones al Plan Municipal de Desarrollo ¨Ibagué para todos¨.
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Álvaro Montoya
Crédito
Ecos del Combeima
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9 Jun 2024 - 8:04 COT por Álvaro Montoya

Como no crear sinergias a través de nuestros Planes Territoriales de Desarrollo, llámese nacional, departamental o municipal, si es aquí el punto donde tenemos la oportunidad de encontrarnos para que a todos nos vaya bien y se genere un beneficio colectivo antes que un rendimiento personal o partidista.

No importa si se es opositor o simpatizante de quien ganó el derecho a gobernar, se trata de sumar y hacer posible una propuesta de ciudad, con proyectos viables que impacten sobre la dinámica económica local y el bienestar de los gobernados.

Aportar no significa claudicar en sus ideales, significa actuar con responsabilidad y grandeza, pues una vez terminan las elecciones, al gobernante le corresponde hacerlo para todos sin excepción. Se trata también de discutir, sugerir, recomendar, aportar o simplemente dejar constancia de todo lo bueno y lo malo de su contenido.  Por ello y con ese ánimo reflexivo, quisiéramos dejar aquí algunas observaciones y recomendaciones al Plan Municipal de Desarrollo ¨Ibagué para todos¨.

Primero, al estudiar nuestro plan, se denota sin duda un gran y riguroso trabajo académico y técnico, que logró interpretar acertadamente el camino hacia la ciudad que todos soñamos, y revisando planes de otras ciudades, podría concluirse que estuvo bien logrado y que tenemos un buen plan de desarrollo.

Otra observación pero que igualmente sucede con la mayoría de municipios de este país, con excepción de algunas ciudades capitales, continúa siendo un plan súper dependiente del presupuesto nacional a través sistema general de participación que representa para nuestro caso más de 65% de lo proyectado.  En años anteriores la educación marcó una especial diferencia al incluir allí el programa nacional de colegios para la jornada única y ahora también por la gratuidad educativa.

Ya en sus proyecciones de ciudad, Ibagué no registra ni se compromete con recursos de libre destinación más que con los Ingresos Corrientes provenientes en su mayoría del impuesto predial, industria y comercio, y sobretasa a la gasolina; proyecciones donde tímidamente y sin metas, menciona básicamente el aprovechamiento de la plusvalía pero sin cifras, también la registra como si fuera única y excluyente de otros instrumentos quizá más equitativos y justos como la valorización y las alianzas público privadas de origen público, si es que no gustan de la iniciativa privada. He ahí la gran diferencia con otras ciudades intermedias que le apuestan a la plusvalía, pero también a la valorización, al capital privado y la cooperación internacional.

Y para a no ahondar en otros apartes más que en el capitulo financiero donde soporta su viabilidad y sostenibilidad, es de resaltar que el Plan de Desarrollo ¨Ibagué para todos¨ en sus Ingresos Corrientes de Libre Destinación ICLD tiene un incremento anual  del 8%, y sus gastos de funcionamiento en cambio, un incremento del 14%, cuando debió haber sido máximo o igual al 8% según las expectativas de sus propios ingresos, o sea que se propone en un acto de incoherencia administrativa gastar seis (6) puntos por encima de lo recaudado. Grave error si resalta como política gubernamental la austeridad del gasto, el mejoramiento de la credibilidad fiscal y la cultura financiera para el manejo eficiente y transparente del erario.

Seis (6) puntos por encima en el gasto de funcionamiento podría estimarse en cerca de $40.000 millones que bien podría invertirse por ejemplo en la inclusión productiva de miles y miles de pequeños negocios que urgen la mano amiga de un gobierno solidario, en la productividad rural que solo dispone de $2.300 millones por año o el fortalecimiento digital que tan solo tendrá anualmente $150 millones o menos; eso sin incluir en este austero propósito, la centralización administrativa en una sola sede, que bien podría justificar su construcción al poder ser financiada con esos costos tan elevados que implica alquilar tanta edificación para tantas y diferentes dependencias, valor cuadrienal que podría superar el interés anual de la deuda existente y el valor de algunos puntos sobrestimados en los gastos de funcionamiento.