De Made in China a Made by China
Retrotraer nuestro primer viaje a la China junto con un grupo de exitosos empresarios de la moda y el sector textil colombiano, precisamente cuando se publicó el libro ¨Made in China¨ que leímos anticipadamente con el propósito de ponernos en contexto y entender lo que allí estaba pasando, y cuando en ese mismo año México siendo una gran potencia textil especialmente en lo relacionado con maquila y confección, estaba negociando con los chinos toda su industria, con tal de convertirse en destino turístico para esa gran potencia económica. Toda una industria mexicana que podía atender hasta el 20% del gran mercado norteamericano gracias a los privilegios que le otorgaba el Tratado de Libre Comercio con USA y Canadá y que a su vez era un mercado muy restringido para los asiáticos, a cambio de 5 millones de chinos visitando y turisteando por todo México.
Muchos de los que allí viajábamos representábamos en ese entonces grandes empresas del sector textil-confección y ya veníamos supliendo parte de nuestra producción con productos maquilados y elaborados en la china, y fue entonces cuando la Cámara de Comercio de Bogotá y Colciencias financió esa misión para entender un poco el cómo aprovechar esa condición.
Lo que más impactó sin duda de lo que llevábamos desde Colombia en ese grupo de empresarios fue la presencia de los diseñadores Hernán Zajar y Ricardo Pava quienes literalmente descrestaron con sus talentos y exposiciones, mientras sorprendidos íbamos viendo cada día, el cómo ellos construían las industrias, puentes, puertos y aeropuertos más grandes del mundo, como el recién aperturado aeropuerto de Shanghái por ejemplo, advirtiendo además, que al año siguiente se inauguraría en Beijing el otro nuevo aeropuerto más grande del mundo, y así pasamos luego a conocer la Zona Económica Especial de Shenzhen que enlaza el continente Chino con la isla de Hong Kong, conocida como el nuevo centro multimodal con la que ellos pretendían conquistar al mundo a través de sus exportaciones de tecnología en transporte, servicios financieros e industria creativa; fenómeno conocido como ¨la velocidad de Shenzhen¨ donde esta Zona Económica Especial (ZEE) convirtió a un pueblo de 30 mil habitantes en una metrópoli de 13 millones en solo 4 décadas, y también en la ciudad más avanzada de toda la China.
Con ellos todo siempre lo más grande del mundo, incluyendo una fábrica textil y de confección que tenía 150.000 empleados, que también conocimos, al igual que a su dueño y la ciudad que el mismo propietario había desarrollado para empleados y sus familias, con parques, centros deportivos, hospitales, colegios, universidades y futuras zonas de expansión para los años venideros.
Por esos tiempos prácticamente todo era hecho o podía ser hecho en la China y el mundo solo observaba como su PIB lograba crecer hasta en un 14% y se sostenía año tras año entre el 9 y 10%, y que hoy sigue creciendo por encima del 5%.
Todo lo anterior justificaba en ese entonces, para bien o para mal, esa realidad titulada en un libro como ¨Made in China¨, pues así era, aunque hoy tendríamos que ajustar ese titulo por ¨Made by China¨ pues además de seguir siendo una realidad que el mundo conoce también ha mutado y hoy exportan más que productos, mucho conocimiento con capital, convirtiéndose en los nuevos proveedores de oportunidades para los países en desarrollo donde sean bien recibidos y apuesten ser sus aliados. Ellos, los chinos, están conquistando el mundo de una manera silenciosa pero progresista, donde sus destinatarios son beneficiados con cooperación y apuestas económicas.
En décadas anteriores casi todo era hecho en China, ahora será más bien, hecho por la China, junto a los chinos, o por los chinos en cualquier lugar del mundo, con su propio conocimiento, tecnología y garantía, pero ahora producido con sus aliados mucho más cerca de los mercados que solo a ellos interesa.
Por eso fue tan importante y valiosa la visita del Gobierno Chino al departamento del Tolima y su capital Ibagué, representado por su embajador Zhu y numerosos empresarios de los cuales varios y como de costumbre eran los más grandes del mundo, como la proveedora global de telecomunicaciones ZTE, el fabricante de trenes CRRC, la constructora del Metro de Bogotá CHEC, o la reconocida Mega Naviera Cosco.
Seguro fue una gran e interesante visita, y seguro también, será el principio de una larga y fructífera relación, pues ellos saben de la amabilidad y disponibilidad del pueblo tolimense, la riqueza de sus tierras, y de su cercanía a un gran mercado llamado Bogotá, cosa que les gustó e interesó.