El general
Cómo no reconocer la importancia de lo que viene sucediendo en materia de seguridad ciudadana como preámbulo de año nuevo, si es que viene siendo respaldada con cifras muy positivas y de paso generando un tímido, pero sano optimismo, pues sin duda, es un factor determinante para el desarrollo socioeconómico de las regiones.
Pareciera que la indolente percepción en seguridad castigara siempre las cifras en esta materia, y es por ello que cuando las cifras mejoran como en este caso y para este año, la percepción de seguridad se demora en hacerlo, pasando exactamente lo contrario cuando las cifras tienden a deteriorarse, pues es la percepción quien primero reacciona.
Pero todo tiene su razón de ser, aunque parezca paradójico, que la seguridad urbana mejore precisamente cuando el orden público nacional no pasa por su mejor momento en materia de paz total y el país vive la angustia y acoso de los grupos armados.
Increíble, pero cierto que el director general de la Policía Nacional haya logrado sinergizar voluntades e intereses con la mayoría de alcaldes en las ciudades capitales y con ellos, como máxima autoridad en cada localidad, puedan ahora mostrar un balance positivo y buenos indicadores en materia de seguridad ciudadana. Y es que la Policía como institución también se ha prestado para ello, manteniéndose como una institución nacional, imparcial y apolítica.
Asocapitales que agrupa los mandatarios capitalinos, en su gran mayoría de centro-derecha y ciertamente la oposición real del gobierno nacional, ha logrado ejemplarizar la seguridad como una prioridad y anteponerla a cualquier interés político; replanteando incluso la máxima que la seguridad vale más que la Policía, por, vale más la seguridad con la Policía.
La extorsión con un crecimiento del 11% es quien mancha lo positivo del balance que entrega la Policía Nacional, así esta se dé en un 50% desde las cárceles y no dependa de la institución policial. Sin embargo, nada opaca esos buenos resultados, ni siquiera el ardiente debate preelectoral que ya se vive en todo el país.
Cifras como la de homicidios accidentales que se redujeron en -23%, legítima defensa en -26%, lesiones personales -9%, hurto a (personas, residencias, comercio, motos y carros) en -19%, secuestro (simple y extorsivo) -17%, piratería -11%, terrorismo -6%, y la seguridad vial en un 7% menos. Y aunque la complejidad del Distrito Capital no da para celebrar como se debería, Medellín sí termina en positivo el 2024 al igual que Barranquilla donde ya la mitad de los ciudadanos se sienten seguros en sus localidades y otras ciudades como Cali por ejemplo, se registraron algunas cifras de por sí inmejorables en los últimos 30 años.
Qué bueno se mantenga esa tendencia y logre avanzar en aquello que daña ese positivo y exitoso balance. Y que bueno por los alcaldes y gobernadores que vienen apoyando con recursos y sin reparo todo ese esfuerzo por la seguridad urbana.
Por todo lo anterior un reconocimiento especial para ese general de cuatro soles, que había sido llamado a calificar servicios por error de cálculo político en el gobierno anterior e incorporado nuevamente como el gran acierto del gobierno Petro para dirigir acertadamente una institución que después de la purga presidencial de 22 generales de la Policía Nacional, parecía destinada al fracaso, y hoy es un ejemplo nacional.
Larga vida para el General William Rene Salamanca, que además de buen policía, es todo un señor y un gran amigo.