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Crisis en las aulas, el colapso del sistema educativo en Colombia

La crisis del sistema educativo en el país es una realidad alarmante y multifacética.
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Alejandro Rozo
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Suministrada
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15 Sep 2024 - 6:49 COT por Alejandro Rozo

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), más del 30% de los jóvenes en edad escolar no completa la educación secundaria. Este dato revela una brecha significativa en la cobertura educativa, que es solo una parte del problema. La calidad de la educación también está en crisis: el informe de la prueba Saber 11 de 2023 indica que solo el 27% de los estudiantes alcanzaron niveles satisfactorios en matemáticas y lenguaje, lo que refleja deficiencias profundas en el aprendizaje básico.

El presupuesto asignado a la educación para el año 2024 es de 70,4 billones de pesos en el cual aproximadamente el 88% va a funcionamiento y el restante 12% a inversión en temas de calidad, aunque ha aumentado en los últimos años, sigue siendo insuficiente. Esto limita la capacidad de las instituciones para ofrecer recursos educativos adecuados, salarios dignos para los docentes y la infraestructura necesaria para un aprendizaje efectivo. Además, los maestros, quienes enfrentan salarios que a menudo no superan los $2.500.000 pesos mensuales, enfrentan una alta rotación y desmotivación, agravando la crisis.

Los resultados de las pruebas PISA 2023 son muy poco alentadores, Colombia se ubicó en el puesto 28 de 64 evaluados con un mal desempeño en pensamiento creativo entre los países miembros de la Organización para la cooperación y desarrollo económico, OCDE ocupando el puesto 26 en esta organización, lo que evidencian una brecha educativa significativa respecto a otras naciones. Esta brecha se traduce en una baja calidad educativa, con consecuencias directas en el desarrollo de habilidades fundamentales en los estudiantes. Además, el acceso desigual a la tecnología y recursos educativos entre zonas urbanas y rurales profundiza aún más la disparidad en el aprendizaje.

Esta radiografía inicial deja entrever los profundos problemas de un sistema educativo perverso que necesita una profunda reforma estructural. Este círculo vicioso que genera subdesarrollo y desigualdad se ha venido agrandando en torno a un sistema educativo obsoleto, anticuado, desarticulado pobre y sin visión, es un túnel tan largo donde muchos no encuentran la salida. En Finlandia, por ejemplo, el modelo se caracteriza por ser flexible, los alumnos pasan tan sólo 4 o 5 horas al día en la escuela, en los primeros cursos no hay deberes ni exámenes, han reformado las asignaturas y sus ciclos y esas materias impertinentes ha desaparecido siendo reemplazadas por proyectos temáticos en los que los alumnos se apropian del proceso de aprendizaje. En Holanda son los estudiantes los que establecen sus propias metas, la educación es más personalizada, sin embargo, en el caso de este país es la tecnología la que permite a los profesores ofrecer contenido multimedia e interactivo para generar una experiencia educativa individualizada. En Estonia se les ofrece a los estudiantes la posibilidad de profundizar en los temas que sean de su interés durante los últimos años de estudio, además, los alumnos tienen la oportunidad de asistir a institutos educativos vocacionales, donde se preparan ya sea para escoger una carrera universitaria o para entrar directamente a la vida laboral.

En Colombia los estudiantes desde edad temprana inician sus clases entre las 6.00 y las 6.30 a.m, con horarios de mínimo 6 horas seguidas, iniciando su día en ciudades grandes y con mayor desplazamiento desde las 4.00 a.m. Ahora ni qué decir de la educación rural, especialmente en la inmensa ruralidad dispersa que tiene el país donde tienen que caminar horas, transportarse a lomo de mula o colgados inseguramente de un campero 4 x 4 que es el único medio de transporte para ir a estudiar.

Lo anterior nos muestra que una cosa es lo que pasa en las ciudades capitales y otra cosa pasa en la periferia donde todo es a otro precio, esto deja entrever la desigualdad que existe en el país. Se requiere de un profundo cambio en la estructura educativa del país, ya son pocos los que se atreve a estudiar carreras profesionales que además de durar cinco años, son impagables para los padres debido a la cada día más difícil situación económica de las familias colombianas. Le educación técnica y tecnológica sobre procesos de articulación educativa en ciclos propedéuticos es quizá la mejor fórmula sobre la que se deben establecer profundos cambios en cada una de las regiones del país, hoy se requiere de educación enfocada en vocación y pertinencia, pero con visión global. Hoy somos ciudadanos del mundo y debemos estar preparados para un entorno global.