Según el último reporte de estadísticas vitales presentado por el Dane, el año pasado el paíss alcanzo un total de 510.357 nacimientos, un resultado que es un 11 % menor que la alcanzada en 2022, cuando quedó en 573.625. Además, el informe pone a marzo como el mes en el que se reportaron más nacimientos, con cerca de 45.000; mientras que febrero se mantiene con el menor número al totalizar un aproximado de 38.000.

La entidad estadística también señala que, a nivel geográfico, en el periodo de análisis entre el 2019 y el 2023, las mayores reducciones son iguales o superiores al - 25,0%. En orden descendente, las principales caídas se registran en Bogotá (28,4 %), Amazonas (27,7 %), Atlántico (26,5 %), Caquetá (25,1 %) y Guainía (25 %). Siguiendo ese rumbo se ubican Arauca (24,1 %), Nariño (23,5 %), Valle del Cauca (22,7 %), César (22,5 %) y San Andrés, Providencia y Santa Catalina (20,9 %). Vichada fue el único departamento del territorio nacional que reportó una variación positiva, registrando un crecimiento en el número de nacimientos del 3,9 %.

Las causas son diversas; según el observatorio de natalidad de la Universidad de Antioquia, las tasas de natalidad han disminuido considerablemente en las últimas dos décadas y se hizo más fuerte desde el 2019 hasta hoy. Las razones elementalmente radican en lo social, cultural y económico.

En lo que tiene que ver con lo social, las mujeres actualmente desempeñan una labor mucho más relevante en diversos aspectos de la sociedad, lo que las hace tener roles que son de su interés y que están por encima del ser madres. A su vez, de acuerdo con Profamilia, en los hombres ha aumentado considerablemente la realización de procedimientos como la vasectomía, reflejando una generación a la que ser padres no está dentro de sus prioridades. A lo anterior hay que sumarle el factor económico, pues tener un hijo demanda gastos que algunos no están dispuestos a asumir y a otros - miles de colombianos -, que producto de la crisis, les ha tocado migrar para hacer su vida fuera de nuestro territorio.

Las opiniones sobre las consecuencias de la disminución de la población son contrarias, pues por un lado están quienes afirman que sería lo mejor para el cuidado y preservación del medio de ambiente y la del planeta; por el otro, están los que piensan que sería un desgaste económico, puesto que se envejecería la población y aumentarían los costos de mano de obra, producción, los de salud, pensión y demás.  El hecho es que debemos mantener un equilibrio que le permita a la sociedad mantenerse a flote, satisfacer las expectativas y necesidades de los que aquí vivimos y entre todos contribuir para hacer de nuestro hogar un espacio habitable y con oportunidades.