
Es muy común que el ser humano tienda a emitir juicios y que la crítica esté a la orden del día. Con el inicio de las manifestaciones se fue contagiando no solo el COVID-19, sino el espíritu de inconformidad, creciendo así el sentimiento colectivo de pesimismo, tanto para quienes se manifestaron como para quienes sufrieron las pérdidas que han traído consigo los bloqueos y la violencia.
Pareciera mucho más fácil ver todo desde la carencia y con un ojo inquisidor que busca el error, en lugar de hallar la oportunidad y ver las situaciones desde la abundancia y por qué no desde el amor; hacer un ejercicio de reflexión que objetivamente defina todo lo que está bien, debería ser la premisa antes de copiar la tendencia dañina de hablar mal de las empresas y de las instituciones.
Recientemente el empresario Evaristo Piedrahita, gerente de Panadería Susi S.A.S, a través de redes sociales divulga vídeos de las empresas de su región, invitando a que se hable bien de ellas.
Es un ejercicio muy bonito porque genera una ola de buenos comentarios en torno al complejo ejercicio de generar empresa y se hace de cierta forma, un reconocimiento a la labor de los empresarios que generan empleo, pagan impuestos y mueven el aparato productivo del país, lo cual como lo afirma el empresario Piedrahita, genera bienestar para todos.
Es una gran hazaña mantener los negocios pese a la pandemia y el paro y, más aún, crear empresa en medio de la actual crisis; en tal sentido, invitar a hablar bien de las empresas y empresarios, tiene un positivo efecto porque leer y oír cosas buenas es sano para la mente y provee sentimientos buenos que con seguridad generan acciones buenas.
Hay muchas historias inspiradoras por contar y qué bueno sería que todas aquellas empresas e instituciones que lo hacen bien, reciban buenos comentarios que los motiven e impulsen a continuar adelante generando desarrollo y bienestar.
Nuestra región es tierra de progreso, sin duda todo es susceptible de mejorar, pero estoy convencida que si nuestro observador cambia y pasamos a tener conversaciones que inviten a la unión, al trabajo en equipo, al reconocimiento y al respeto, seguramente saldremos de ese círculo nocivo de negativismo, odio y violencia que ha imperado en nuestra sociedad en los últimos meses. Hablemos bien, hablemos bien.