El número de casos de malaria en Colombia ha aumentado un 81 % durante el inicio de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior, lo que ha generado preocupación entre las autoridades sanitarias. Aunque en las últimas semanas se ha observado una disminución en los casos, la cifra sigue siendo alarmante.

Este aumento podría estar relacionado con variaciones en la dinámica de los criaderos de los mosquitos transmisores, que se han visto afectadas por fenómenos climáticos como El Niño y La Niña. Estos eventos climáticos han alterado las condiciones en diversas regiones del país en los últimos tres años, lo que podría haber favorecido la proliferación de los vectores.

Las zonas del sur y el occidente del país son las más afectadas por el brote de malaria. Los departamentos de Caquetá, Vaupés, Vichada, Guainía, Guaviare, Meta y Casanare, así como la frontera colombo-venezolana, concentran el 15,4% y 1,4% de los casos, respectivamente. Dentro de estos focos, la región del Pacífico presenta una alta incidencia.

La distribución de los casos a nivel departamental es: Chocó (35,4%), Antioquia (13,3%), Córdoba (10,9%), Vaupés (8,7%) y Nariño (7,3%). Esta distribución ha mostrado un incremento significativo respecto al mismo periodo de 2023, especialmente en Chocó, Antioquia y Córdoba.

En cuanto a los municipios más afectados se encuentra Mitú (Vaupés), con el 8,5% de los casos; Pueblo Rico (Risaralda), con el 6,4%; Tierralta (Córdoba), con el 6%; y Quibdó (Chocó), con el 5,5%. 

Para la semana epidemiológica 44 de 2024, ya se han registrado 16 muertes por esa enfermedad, lo que demuestra una tasa de mortalidad 0,16 casos por cada 100.000 habitantes.