La millonaria licitación que montó la Cancillería a finales del mes de enero, tras el controversial proceso anterior que dejó en líos a Álvaro Leyva, fue suspendida en la tarde de este viernes.

Según consta en el Secop II, la decisión se tomó para atender las observaciones de los proponentes, los cuales advertían que algunos puntos específicos de la licitación podrían generar desventajas frente a otros competidores.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores se permite informar a los interesados que se ha suspendido el proceso de "Pasaportes - Licitación Pública 003 de 2023" con el fin de hacer una revisión completa de las observaciones presentadas y con el fin de tomar las decisiones más adecuadas a los intereses del País”, se puede leer.

La noticia se conoció luego de cumplirse el plazo para hacer las respectivas reclamaciones con respecto al proyecto de pliego.

Una de ellas la realizó la empresa mexicana Accesos Holográficos, quien advertía de “ventajas competitivas, donde un proponente o uno de sus miembros, sea a la vez proveedor de su “competencia”.
En esa misma línea, en la que se señalan supuestas barreras de acceso al millonario negocio de $416.000 millones, la empresa francesa Ingroupe expresó las aparentes dificultades para que competidores extranjeros puedan participar de la licitación.

“Queremos preguntar a la entidad: ¿cómo pueden los proponentes extranjeros sin sucursal en Colombia acreditar este requisito? Especialmente, en lo referente a la certificación expedida por el Ministerio de Trabajo, ya que puede que en el país de origen no exista un ente equivalente a ese Ministerio o que, en caso de haberlo, no se encargue de otorgar este tipo de certificaciones. En aras de garantizar la igualdad con los oferentes nacionales, solicitamos a la entidad permitir acreditar el requisito con una certificación suscrita por el Representante Legal y el Revisor Fiscal o quien haga sus veces”, aseguró el apoderado de la empresa.
Observaciones como estas ‘enlodan’ un proceso que debiera ser diferente a aquel que fue declarado desierto y que, presuntamente, estaba hecho a la medida de la firma Thomas Greg and Sons.