El Presidente Juan Manuel Santos participa esta semana en la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Drogas (UNGASS), una iniciativa que fue propuesta por Colombia, México y Guatemala.

La Sesión Especial de la Asamblea de la ONU sobre drogas que tendrá lugar en la sede del organismo en Nueva York contará con la asistencia de 60 jefes de Estado y de Gobierno y delegados de 130 países.

La intención es poner en la agenda mundial la posibilidad de un cambio en la lucha contra las drogas con medidas efectivas y novedosas para combatir este problema que sigue aquejando principalmente a América Latina.

De manera oficial se han conocido las iniciativas que el país quiere promover en el seno de la ONU. Se destaca que Santos plantea la eliminación de la pena de muerte para delitos relacionados al problema de drogas. En países como China, donde hay detenidos varios colombianos, se aplica la pena de muerte por narcotráfico.

Además, la exhortación de Santos a los demás países será que el problema mundial de drogas se trate con un enfoque de salud pública.

Propuestas de Colombia

1. Colombia propone que las políticas de drogas armonicen con los compromisos que los Estados tienen en materia de derechos humanos, que el problema mundial de las drogas se aborde desde un enfoque de salud pública y que se elimine la pena de muerte para delitos relacionados al tema de drogas.

2. El país abogará para que la política mundial se centre en la promoción, prevención, tratamiento y reducción del daño asociado al consumo de sustancias psicoactivas.

Pedirá el fortalecimiento de medidas que permitan el acceso a las sustancias controladas con fines médicos y científicos, el reconocimiento al uso ancestral de las sustancias y al impulso de programas de desarrollo alternativo con un enfoque territorial e integral.

3. Durante la cumbre Colombia espera que sea aprobada la declaración de la Comisión de Estupefacientes, producida recientemente en Viena (Austria). Tal declaración expone los nuevos caminos sobre los que se debe avanzar en el debate y examina posibles medidas para alcanzar un equilibrio efectivo entre reducción de oferta y demanda de drogas, en particular en las esferas social, económica, de desarrollo, de salud, derechos humanos, de justicia y de seguridad. 

Tomado de El Espectador (ver nota original)