El 13 de mayo de 2014, Juan Carlos Vélez Ayala fue capturado en Gómez Plata (Antioquia) por dos patrulleros de la Policía, porque al parecer estaba borracho y estaría provocando una riña en la vía pública. Lo que pasó después es materia de investigación y por eso hay un proceso judicial para esclarecerlo.

La versión del CTI indica que en la madrugada siguiente los uniformados Wilson Flórez Pastás y Jorge Loaiza Moreno, junto con la policía Luz Dary Araque, habrían cogido a golpes al detenido dentro de su celda.

Vélez alcanzó a llamar a su mamá desde su celular hacia las 3:40a.m., para pedir auxilio, dijo que los uniformados lo habían maltratado y que necesitaba ir urgente a un hospital. La mujer llegó hasta la estación de Policía angustiada, pero al llegar le negaron ver a su hijo.

Minutos después, el sujeto fue trasladado a un centro médico por los policías, quienes aseguraron haberlo encontrado suspendido de una reja en la celda donde estaba recluido. Sin embargo, el dictamen de Medicina Legal no concuerda con esa versión.

Los estudios forenses establecieron que el cuerpo no presentaba “fracturas, fisuras o lesiones que están presentes en un suicidio por ahorcamiento, pero sí presentaba presiones en la cabeza por objeto contundente realizadas antes de la muerte”.

De acuerdo con la Fiscalía, los investigadores hallaron “en la celda un saco amarrado a los barrotes pero no estaba tensionado, además la distancia entre esta reja y el mesón ubicado debajo de la ventana era muy corto con relación al tamaño de la víctima”.

Araque fue capturada el miércoles en Bucaramanga (Santander) y los dos patrulleros en Medellín (Antioquia). Los tres procesados no aceptaron cargos por el delito de homicidio agravado, pero un juez los envió a la cárcel como medida de aseguramiento. Araque recibió el beneficio de prisión domiciliaria.