¿Qué hay detrás del juego ‘La Ballena azul’?
Yulia Konstantinova y Veronika Volkova, de 15 y 16 años, saltaron del techo de un edificio de 14 pisos para encontrarse con la muerte. Poco después, otra estudiante de 15 años saltó de un quinto piso en Siberia y resultó gravemente herida. Luego de dos días, también en Siberia, una joven de 14 años se lanzó contra un tren.
Hechos similares continuaron pasando hasta sumar 130 suicidios sólo en Rusia entre noviembre de 2015 y abril de 2016, hasta convertirse en una situación preocupante en el país con una de las tasas de suicidio en jóvenes más altas del mundo.
Así se conoció la ‘Ballena azul’, un juego online que propone a sus participantes, usualmente jóvenes entre 12 y 16 años, 50 retos que deben cumplir en un plazo de 50 días. Un reto por día, que va aumentando su dificultad a medida de que cumplen los desafíos, para llegar así al reto final: el suicidio.
Los coordinadores del siniestro juego se contactan con los jóvenes a través de redes sociales como Facebook, Instagram o WhatsApp y les asignan un reto diario que deben realizar y comprobar a través de una fotografía. Los grupos suelen ser cerrados y secretos, con una confidencialidad que los jóvenes deben mantener si desean continuar en el juego, por lo que se les indica a los adolescentes que no deben mostrarse ni tristes, ni insomnes ni deprimidos al frente de su familia o amigos.
Los retos que deben cumplir incluyen dibujar una ballena azul en un papel o escribir #Yo_soy_una_ballena en su estatus, hacer tres cortes superficiales en el brazo, a la altura de las venas, escribir “F57” o “F40” con una cuchilla en alguna parte del cuerpo (posteriormente deben dibujarse una ballena en el brazo), levantarse a las 4:20 a.m. para ver peliculas de terror, subirse a un tejado o ir a una vía de ferrocarril.
Muchos de los retos también implican autolesionarse, subir a lugares altos y pararse al borde por un periodo de tiempo, hablar con otras ‘ballenas azules’, realizar múltiples pruebas de confianza y pruebas secretas y no hablar con nadie durante 24 horas, sólo ver películas de terror durante un día y escuchar cierto tipo de música, enviada por el administrador. Cuando toda esta serie de pruebas terminan, en el día 50 deben saltar de un edificio alto, lanzarse bajo un tren o ahorcarse.
Países como Colombia, Brasil, Uruguay y Bolivia han encendido las alertas e investigan si las muertes de algunos menores están relacionadas con el juego. En Colombia, la Dijin también ha bloqueado dos sitios en Internet por pertenecer a la red de la ‘Ballena azul’ e investiga cuatro más.
¿Qué hay detrás de la ‘Ballena azul’?
El psiquiatra de la Universidad de la Sábana, Álvaro Gómez, explicó a Kienyke.com, que esa disposición a unirse a este tipo de comunidades se debe a que la población infantil y adolescente es, por naturaleza, más vulnerable e influenciable; debido a que “su estructuración moral, cognitiva y psicológica no está consolidada”.
En su opinión, a esta edad las personas no tienen la madurez cognitiva y emocional para tomar decisiones, por esto “cuando se argumenta que el niño tiene derecho al desarrollo libre de la personalidad, porque se está generando libertad y criterio, no es lo adecuado. La libertad se construye y para eso debe tener razón y evolución; además, la construcción de razón debe ser un proceso mediado y progresivo y acompañado por alguien que consolide ese criterio”.
La psiquiatra de la Universidad de la Sabana Yahira Guzmán en diálogo con este medio compartió esta opinión y agregó que “hay un límite que como padre se debe dar, normas que no son negociables, porque como padre se tiene la experiencia y se sabe qué cosas son buenas y son malas, que el niño apenas está aprendiendo”.
Además, el contexto del mundo actual también tiene una gran influencia en la perspectiva del mundo en lo jóvenes: “Tiene que ver con el mundo de incertidumbre en el cual nos encontramos. Muchísimos adolescentes han perdido el sentido y lo único que la sociedad les da es vacío. Entonces, evidentemente, se conectan a través de internet y pasan horas enteras en el ciberespacio y ahí encuentran, a través de pruebas y retos, un sentido que de otra manera no encontrarían”, como explico para Kienyke.com Fabián Sanabria, antropólogo de la Universidad Nacional y doctor en Sociología.
A esto se le suma el pobre acompañamiento de los padres, que en su ausencia, han permitido que ellos entren a estas situaciones.
Una vez se unen a una comunidad como la de la ‘Ballena azul’ a la amplia libertad y el deseo de pertenecer a una comunidad, se le suma “la conducta imitativa que en los adolescentes se da”, como explica Yahira Guzmán, “Si hay una persona o asociación que, de alguna manera, tenga influencia sobre él, tiene la posibilidad de que el joven piense que tiene la razón en lo que dice”.
Además, Gómez explica que los adolescentes se sumergen tanto en las redes sociales que terminan haciendo las cosas bajo una realidad de segundo plano, distante de la realidad “real”. Sanabria agrega que, “los jóvenes se dejan llevar por el juego. Llega un punto en que un jugador se está probando a sí mismo, no distingue entre la fantasía y la realidad, entre la ilusión del mundo virtual y la vida contante y sonante. Se deja ir; en ese sentido, es como una droga”.
El reto final: el suicidio
Los 50 retos, cada uno más difícil que el otro, realizado por casi dos meses representan una forma de prepararlos para el reto final.
Bajo estas condiciones, el suicidio adquiere un significado diferente. Yahira Guzmán explicó que usualmente el suicidio en niños y adolescentes se da cuando pasan por momentos difíciles de su vida y presentan sintomatología depresiva; por lo que deciden tomar esta decisión como una manera de terminar el sufrimiento. Sin embargo, en estos casos, el motivo es diferente; es impulsado por el reto: “¿hasta dónde soy capaz de llegar? para demostrar que tan valiente soy, que yo soy importante en la vida porque nadie más me ponen cuidado”.
Con los retos, se adquiere una identidad que nada más, ni su familia ni amigos, les da y comienzan a existir virtualmente. “Entonces se convierte en morir físicamente para existir virtualmente, para pasar al más allá”, declaró Fabián Sanabria.
Respecto a los motivos que pueden llevar a alguien a desarrollar este tipo de juego, los expertos no pueden dar una razón contundente o definitiva, debido a la falta de información y a que no conocen a la persona. Sin embargo, pueden realizar algunas hipótesis.
La psiquiatra Yahira Guzmán, declara que es probable que se trate de una persona con rasgos sociopáticos, que no siente culpa, y puede estar buscando desequilibrar a la sociedad. Por su parte, el sociólogo Fabián Sanabria tiene dos hipótesis: la primera es la de un bromista, de una burla que va más allá (como el caso de quienes se hacen pasar como terroristas para ser interceptados por la policía); la segunda se relaciona con alguien que fue maltratado y aislado, con una enorme falta de afectividad, que se quiere vengar de la sociedad; con una personalidad un poco esquisopsicóticos.
Tomado de Kienyke (ver nota original)