Los hechos ocurrieron cuando un taxista recogió a una persona que de acuerdo con versiones, sería un soldado que se había evadido del batallón de Artillería identificado como Pablo Emilio Soto y quien portaba un fusil.

El servidor de la patria le pidió al taxista que lo llevara hacia el barrio El Carmen al sur de Bogotá y cuando habían llegado, el militar intimidó al profesional del volante con el fusil con el fin de apoderarse del dinero y de las pertenencias.

La reacción del taxista fue rápida e intentó quitarle el arma al soldado, pero de inmediato accionó el arma de largo alcance y uno de los poderosos proyectiles hizo blanco en una vivienda, que por fortuna no dejó personas heridas.

De inmediato una patrulla de policía, al recibir el reporte de unas detonaciones, se dirigió al lugar de los hechos, en donde observaron a una persona de sexo masculino correr por un callejón. 
 
Los policías lograron capturarlo encontrándole en su poder el arma tipo Fusil Galil calibre 5.56 con 05 proveedores con 173 cartuchos. 

El militar está acusado por el delito de fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones y fue dejado a disposición de las autoridades competentes.

Por su parte, desde el Ejército rechazaron el comportamiento del soldado que actuó de manera individual, contrario a los principios y valores institucionales.