Los ladrones utilizaban para mayor rapidez de escape una camioneta de alto cilindraje. La banda estaba integrada por dos hombres y dos mujeres. Las féminas en el momento de su captura, descaradamente dijeron que ellas no estaban implicadas en el hecho. 

Los delincuentes realizaban recorridos nocturnos a diario, observando que  automóviles estaban en las vías sin vigilancia para llegarles, romperles los cristales y luego escapar. 

Es así como en estos recorridos aprovecharon que unos automóviles estaban estacionados a las afueras de un restaurante en la calle 63 con carrera 36 al norte de Bogotá y sigilosamente descendieron del vehículo, le rompieron los vidrios y se robaron todo lo que había al interior.

Luego escaparon velozmente para no ser atrapados, pero los dueños de las pertenencias al percatarse del robo, llamaron a la policía y por medio de un GPS de uno de los computadores robados, lograron ubicar por donde se movilizaban.

Enseguida comenzaron la persecución y los detectaron en la Autopista Norte con calle 152,  pidiéndoles que se detuvieran. 

El conductor hizo caso omiso a la orden y aceleró, con tan mala suerte que perdió el control del carro y se estrelló contra un árbol. 

Fueron llevados a una Unidad de Reacción Inmediata para su judicialización.